Editorial

Iniciar un camino puede traer muchos beneficios, pero también obstáculos. Estos se van superando con el conocimiento que dejó el camino recorrido, la experiencia que se fue adquiriendo. Se va tomando confianza para llegar al objetivo. Sin embargo, a veces esa confianza crea más dificultades.

En este párrafo debería enlistar a personajes literarios, históricos y mitológicos que por confiarse padecieron sus errores. Pero el personaje en el que pienso es nuestro querido Ícaro, quien por no escuchar los consejos de su padre voló más alto de lo debido y pereció en el mar que lleva su nombre.

La pregunta que me atormentó en estos días es si Katabasis podría correr el mismo destino de Ícaro. Si es mejor no querer alcanzar el cielo con otras ediciones impresas y seguir solo con la digital.

Y aquí viene lo bueno, en los viajes también se encuentran aliados, aquellos personajes que van dando consejos o aprendizajes al héroe y al lector. Si algo ha creado Katabasis son aliados. Todos los colaboradores externos que número a número mandan sus textos; aquellos que por primera vez los envían; los seguidores de las distintas redes sociales que dan un “me gusta” y/o dejan un comentario; aquellos que dejan mensajes privados; todos los integrantes de la revista; en fin…

Eso basta para que recuerde que hay gente, lectores y colaboradores que esperan la siguiente edición digital o impresa. Eso me recuerda que Katabasis es descender.

Este descenso es en caída libre, no garantizamos que sea segura, pero sí les dará algo nuevo en su vida. Les invitamos a este salto sin paracaídas de seguridad. Les invitamos a acompañarnos en esta aventura para seguir descubriendo tesoros literarios: artículos de opinión, cuentos, minificciones y poemas.

Queridos lectores, sean bienvenides al descenso del Número 23.