Alejandro Zaga

El Cuarteto de Nos es, hoy día, un referente obligado de la música uruguaya, que hace giras internacionales, con padrinos de gran renombre en sus discos como Juan Campodónico y Cachorro López, y además, ha ganado Grammy latinos en los últimos años (Mejor álbum pop/rock, con Porfiado y mejor canción rock, con «Cuando sea grande») y es nominada recurrente desde el 2006 (mejor canción «Yendo a la casa de Damián»), en que, por primera vez una banda uruguaya fue nominada a estos premios. Pero no todos saben que la conformación original de la banda se acerca a las cuatro décadas; fundada en 1980, El Cuarteto de Nos (ECDN en adelante) es un ejemplo idóneo para hablar de la persistencia y, a su vez, sirve como radiografía exacta de la madurez y evolución, necesarias en la vida humana.

Sí, El Cuarteto es una gran banda que combina el rock, rap y más recientemente un sonido electrónico, pero no es que su genialidad haya brotado un buen día de la mitad de la primera década del nuevo milenio, no, su éxito solo era cuestión de tiempo, pues, desde su primer álbum (uno perdido, allá por el ‘85, compartido a partes iguales con el cantante Alberto Wolf) se escuchan flashasos de una genialidad latente tanto en la música como en las letras. La ideología que El Cuarteto tiene como tarjeta de presentación en sus primeros discos es el humor ácido y afinidad por lo políticamente incorrecto. Al escucharlo es evidente la ansia de explotar contra todo statu quo y esto puede explicarse por la juventud de los integrantes, pero es una juventud particular aquella que se vive dentro de una dictadura y que, justo en el momento en que se llega a la adultez, el milagro de la democracia abre las puertas a una derrama cultural sin precedentes.

El estilo de la banda

Al escribir sus canciones, los integrantes no utilizan temáticas tradicionales, buscan algo más, buscan, por lo menos, hacer pensar, a través de la comedia o de la introspección, pero siempre transgreden a quien escucha. Roberto Musso ha sido el letrista y cantante principal desde el inicio de la banda (con su hermano y guitarrista Riki y el bajista Santiago Tavella como fortísimos respaldos) y no se ha permitido un estancamiento a la hora de escribir. Tempranamente encontró una alternativa a los temas amorosos o abiertamente panfletarios, adoptando una peculiar narrativa de personajes desdichados, patéticos, destinados al fracaso, contando su historia de una manera que no concuerda con el tono, muy alegre, festivo y burlon. Le identifican el sarcasmo ácido y transgresor, tirándole a cada institución que se pudiera encontrar: la familia, la religión, el gobierno, e incluso arremetiendo contra el confort personal, la cotidianidad y el físico que, por hablar de los personajes, hablan también de quien escucha.

Si se pudieran encuadrar en una corriente las letras de ECDN podrían considerarse dentro del culturalismo, con abundantes referencias que pueden inmediatamente crear una imagen de aquello que se habla. Tomemos como ejemplo «Historietas» (Barranca Abajo, 1995), en que la letra elucubra en el destino que personajes como Tiro Loco Mc Graw, Porky, Acuamán, la Pequeña Lulú, el Pájaro loco, Popeye, entre otros, podrían tener de vivir en la situación de aquel entonces de Uruguay.

En «No somos latinos» (Cortamambo, 2000), se menciona a Las venas abiertas y a Don Francisco, en «Fui yo» (El Cuarteto de Nos, 2004), se aluden a muchos personajes muertos como Marilyn Monroe, Kennedy, Gardel, Lady Di, entre otros y a tragedias como la del Challenger o el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de Septiembre, confesando el cantante ser el culpable, en este caso Tavella. Todas estas referencias en tan solo tres canciones de ellos, cuando en su discografía desfilan desde Supermán hasta Hamlet, de Artigas a Herman Hesse, entre varias decenas más.

Lo que quiero decir con esto es que escuchar a ECDN es rico en imágenes, cual si uno estuviera más viendo una fotografía o la portada del Sgt. Pepper’s Lonely… Pero sus letras no se sustentan únicamente en recursos de la cultura popular, pues no son ajenos a la creación de ficción; los hermanos Musso, antes de la conformaron ECDN, como juego infantil y privado, dedicaron años a formular una ciudad, la ciudad ficticia de Tajo, que es importantísima para las letras, pues muchos de los personajes sobre los que cantan fueron gestados en esta ciudad, como Morcillo López, Manfredi, Jaimito, Palomontio Ñu (todos nombres de canciones que explican la vida de cada uno) y grababan programas de radio con ellos como invitados. De tal manera que podemos concluir fácilmente que al escribir, ECDN sabe desarrollar personajes y a través de ellos conocemos un poco más de su tiempo, de Uruguay, de los integrantes de la banda.

Influencias

Además de haber iniciado en la escena musical con covers de The Beatles y Rolling Stones, los integrantes han admitido saber de memoria discos enteros de Les Luthiers y Monty Python, reconocidos grupos no solo en el campo musical, sino representantes de la comedia en sus respectivos idiomas, explicando ese uso del humor negro y bien elaborado a lo largo de su trayectoria y que es tan inherente en cada álbum.

Roberto ha dicho que para el disco Raro se inspiró en libros de Ionesco, cosa que no es difícil relacionar conociendo a ambos. Algo muy peculiar que vale la pena mencionar es que los hermanos Musso experimentaban mucho con aparatos de audio que encontraban en su casa, estimulando su inventiva a la hora de grabar sus álbumes. Coetáneo a lo anterior, el primer acercamiento a la música de los hermanos fue, como me parece que a la mayoría le sucede, la música que escuchaban sus padres, del lado paterno tangos tristísimos que ponían en Radio Clarín y, por su madre, discos de Leonardo Favio, Serrat, Zitarroza (a quien ECDN dedicó una canción), y ambas partes sonaban hasta simultáneamente en casa.

Sus influencias se pueden deducir también del contenido, por ejemplo, en 21 de Septiembre (canción que habla sobre el Alzheimer hereditario en su familia), parafrasea a Borges en el versículo 27 de sus «Fragmentos de un Evangelio apócrifo» Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón. Roberto modifica y escribe: Y pensar qué algunos años atrás decías con convicción que el olvido era una forma de venganza y de perdón.

El quehacer literario en las letras de ECDN

Escuchar sus primeros álbumes es, en muchos momentos una carcajada, otras desconcierto y hasta escándalo para más de uno con títulos como Maten las ballenas, Cristo te odia o No somos latinos, pero otras puede ser impredeciblemente tétricas, como en La pequeña Leti, que relata la espeluznante historia de una niña con cáncer, explotada sexual y laboralmente que había abortado y con un plot twist al final que empeora la historia, cantado esto con un tono y falsas voces infantiles (aún me es incómodo escribir al respecto); escúchese bajo su propio riesgo.

Entonces podemos concluir que la labor de estos hombres al sentarse a escribir es, al tiempo, vacile y seriedad. ¡Vaya dicotomía! Con ellos estas paradojas no son raras y para muestra un botón: “Lo malo de ser bueno” es una canción cuya letra está casi en su totalidad compuesta con esta figura retórica y no por basarse en la forma está ausente de contenido, sino que se apoyan y estimulan.

El cambio más evidente que tienen sus letras es la dilución de la rebeldía contra las autoridades y del humor absurdo, pero tiene una razón completamente natural y justificable: crecieron. Y es que ya no escribiría «Me agarré el pitito con el cierre» a los 56 años que tiene actualmente, algunos lo harían, pero Roberto se encaminó a la introspección y análisis del actuar social utilizando las herramientas que le habían proporcionado la experiencia. Tal vez este cambio también se relacione con la salida de Riki Musso de la banda en el 2009 con el argumento de que él era guitarrista y las canciones de Bipolar no le necesitaban, él continúa haciendo música por su parte, con el mismo tono desfachatado y cómico que tenían sus composiciones en ECDN (Soy un capón, Almejas, Ya te vas a mejorar, etc.). También hay que oírle, su disco ¡Formidable! también debe ser escuchado.

Como a cualquier creador, los compositores de ECDN tuvieron lo que se suele denominar épocas, predominando el humor agresivo en sus primeros 20 años, para dar paso a la trilogía que les dio fama internacional y los consagró como ídolos hispanohablantes, caracterizada por un cargado uso de figuras retóricas e incursión en el rap, los dos últimos discos se acercan más a la reflexión y sátira de la sociedad. El 24 de marzo, en su concierto en CDMX, darán una muestra del álbum en que están trabajando actualmente.

De cierta manera escuchar un disco como Barranca abajo y después Habla tu espejo, es como escuchar los discursos Choose life de Trainspotting y Trainspotting 2 (sigo pensando que le debieron dejar el título del libro: Porno), mientras en uno te impulsa a dejarlo todo dada la futilidad de la vida, el segundo te sienta a reflexionar sobre las decisiones equivocadas de la juventud, que no por haber llevado a lugares escalofriantes dejan de ser parte de uno mismo y que nos han permitido llegar a ser lo que hoy somos.

Escuchar un disco de ECDN es equiparable a leer un libro de cuentos, con personajes curiosos y filosofía propia. Les invito a escucharlos así, como leyendo. Si no conocen a la banda y aceptan una recomendación mía, sería comenzar con Raro o su disco homónimo, El Cuarteto de Nos, un compilado en donde reversionan muchas de sus canciones y añaden tres temas nuevos. Pueden también optar por las canciones que mencioné en este artículo, excepto La pequeña Leti, si escuchan esa, yo ni la mencioné.

Ya pasó el (glorioso) 24 de marzo y tuve la fortuna de asistir a su concierto en CDMX y escuchar en vivo el primer sencillo del nuevo álbum (que mencionaron tiene lanzamiento tentativo para agosto), y puedo anunciar con alegría que ECDN no ha perdido el sentido del humor ni ha disminuido en su estímulo reflexivo. «Punta Cana» ya está disponible en Youtube y Spotify. Comunicaron también que este primer sencillo no es representativo del nuevo álbum, que contará con nueve canciones con la particularidad de que serán grabadas en diferentes países y con productores de diferentes géneros musicales para cada una. El revolucionarse de esta manera parece ser una estrategia para no envejecer.