contacto@katabasisrevista.com

Ilustración: Caro Poe

Ixkozauki Hermosillo

Los titulares la nombran la novelista rusa contemporánea más leída en el mundo. Le atañen el cargo de conciencia moral en un país que ha sido transformado de extremo a extremo desde la revolución comunista hasta la entrega total al capitalismo.

Curiosamente en español sólo se pueden leer cinco títulos de una veintena de libros publicados. Antes de comenzar este artículo postulando a Ulítskaya como candidata al Premio Nobel 2021 leí su novela corta Sóniechka, un retrato ruso de su propia historia durante el siglo pasado donde conviven las problemáticas de las relaciones familiares y románticas.

Ulítskaya dibuja fábulas aleccionadoras sin dejar caer todo el peso de la moral sobre su obra. Sus estampas literarias son el reflejo de una Rusia que ya no está, una Rusia que, como Tania, personaje de Sóniechka busca descubrir quién es, sin prejuicios sobre sí misma.

Quizá una de las razones de peso para considerarla candidata al premio consiste en que, a pesar de mostrar diversos rostros femeninos en sus personajes, Ulítskaya no se preocupa por aleccionar sobre una visión feminista a diferencia de Margaret Atwood de quien considerábamos hace un año candidata al Nobel justamente por ser una autora activa en temas de actualidad social como la lucha feminista.

Las lecciones moralistas son sutiles pinceladas en un lienzo tan grande como el propio territorio ruso, su estilo tenue y de retrato demuestra que el cambio ha arrasado con todos los valores de una nación. Por ello en sus novelas no hay bandos, no hay buenas ni malas decisiones, eso queda a juicio del lector y al juicio del tiempo en el que sea leída. Los cuestionamientos de una realidad que ya no está y ha sido sustituida por una radicalmente distinta resalta el gran talento de Ulítskaya para conglomerar a todos los gremios de una sociedad complicada y descubrir todos sus matices.

La visión histórica que plantea la autora en su obra tiene su origen en sus estudios de biología. Para ella, el presente siempre es una continuación del pasado, a sus ojos la historia se puede ver desde la evolución natural. Estos contrastes entre la ciencia de la vida y el registro de los hechos sociales salen a relucir en las ambientaciones de sus historias: los días duros de la URSS y los conflictos contemporáneos de la Rusia de Putin.

Esta percepción histórica y literaria de uno de los países más poderosos del mundo hacen que Liudmila Ulítskaya sea una digna candidata al Nobel de este año. Sabemos que muchas veces los temas políticos suelen repercutir en las decisiones de la Academia, pero quizá este año Rusia se vea opacada por Afganistán en los titulares. Como sea, leamos a Liudmila.

Algunos libros:

Sóniechka (1992)

Los alegres funerales de Álik (1997)

Mentiras de mujeres (2002)

Sinceramente suyo, Shúrik (2003)

Liudmila Ulítskaya en sus palabras:

«Hay razones profundas que tienen que ver con nuestro modelo de civilización. Sólo eso explica por qué el léxico del amor es tan abundante en algunas lenguas y tan tacaño en otras».

«El antisemitismo no es más que una de las variantes de la xenofobia, del miedo a los demás, a los otros. Si queremos que la humanidad sobreviva, todos tenemos que esforzarnos por amar al extraño, al que no siempre sabemos comprender…»

«A medida que avanzamos, el mundo resulta cada vez más homogéneo tanto en sus logros como en sus gestos más tontos. El sistema circulatorio que alimenta el planeta es uno solo y los procesos que se advierten en todas sus extremidades son idénticos».

«Si me consideran una autoridad moral es solo porque tuve la suerte de conocer a personas ejemplares. La vida ha sido generosa conmigo».

«Pertenecí a esa juventud cuyas vidas cambiaban bajo la influencia de los libros –cuenta–. Nunca en la historia de nuestro país y, creo, del mundo en general, hubo otra época de ‘gran lectura’ equiparable a la de mi juventud. El libro era un verdadero tesoro y no solo me refiero a los libros de contenido político. Hasta los viejos manuales de genética en su momento fueron retirados de las bibliotecas, en los tiempos en que esta era perseguida. Por muy ridículo que parezca, ¡la genética fue tildada de ‘pseudo ciencia de la burguesía’! Sería erróneo pensar que solo Orwell o Solzhenitsyn fueron prohibidos. Qué feliz me sentí cuando a mediados de los 60 me pasaron el primer libro de un autor desconocido llamado Vladimir Nabokov. ¡Descubrí un mundo nuevo!».

«La supervivencia de la humanidad está ligada a la comprensión de que somos parte de la misma especie, y que el objetivo principal consiste en comprender a las civilizaciones distintas y encontrar el consenso en vez de buscar el enfrentamiento. La Rusia actual todavía no ha madurado para asimilar esta idea bastante sencilla».


Fuentes:

Liudmila Ulítskaya – Biografía

Liudmila Ulítskaya: “El régimen ruso de hoy está genéticamente vinculado al anterior”

Liudmila Ulítskaya

Ixkozauki Hermosillo

Ixkozauki Hermosillo

Director de Edición

(Guadalajara, 1996)
Experto en garabatos, poeta, aventurero, ladrón de momentos, fotógrafo aficionado, músico en paro y cocinero de ocasión. Ganador del concurso Creadores literarios FIL Joven 2012 y coautor de la antología La voz de los pasos (Mano Armada, 2018).

Caro Poe

Caro Poe

Directora de Diseño

Diseñadora gráfica.

Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.

Total Page Visits: 680 - Today Page Visits: 2
Share This