Fotografía por: Dano Macías
Elienai Lucero
“Otra cruz en la frontera
otra falla del sistema
otro desaparecido y otro caso sin respuesta
Otro sueño que se muere
por el mal del continente
otra vez la misma historia con distinto presidente”
Era viernes 01 de diciembre del 2023, teníamos oportunidad de ir a la FIL. Desde que entré a la Expo Guadalajara me sentía nerviosa e inquieta porque sabía que iba a ver cara a cara el dolor que vivimos como país, todos los días, el dolor de no una, sino cientas de madres buscadoras.
Fue hasta las 7:07 de la tarde que comenzó la presentación del libro de Cecilia Flores mujer valiente que encabeza el colectivo de Sonora cuya valentía y activismo la llevaron a escribir “Madre buscadora”, libro que habla precisamente de todo aquel infierno lleno de esperanza que tanto ella como muchas madres y familiares de personas desaparecidas viven todos los días.
Antes de comenzar noté a Ceci hablando con los medios ante las cámaras, madres y familiares extendieron lonas y carteles en el suelo con la información y fotografías de sus desaparecidos. Todavía no empezaban a hablar y ya me dolía ver esos rostros, en el suelo ese dolor que no sé cómo transforman todos los días en fuerza para buscarlos, para tomar las palas y el pico, escarbar la tierra a ver si encuentran una fosa llena de aquello que una vez fue vida, fueron sueños, fueron hermanos, padres, madres, familia, que fueron arrebatados y escondidos.
Estábamos los reporteros, documentando, tomando notas y fotografías de estos rostros y de esta información cuando me noté temblorosa, a mi lado una joven también usando una playera con la foto de su familiar. Son estos rostros de lucha de quienes buscan lo que no todos volteamos a ver, de lo que no hablamos como sociedad los que están aquí sentados demostrándonos hasta dónde el amor es capaz de llegar con sus propios medios
A las 7:32 tras las participaciones del abogado Carlos Sánchez, la periodista Amalia Escobar y Adrián LeBarón, tomó la palabra Ceci Flores, agradeciendo la oportunidad de hablar, la bendición de haber encontrado a algunos y de alzar la voz, denunciando los obstáculos surgidos por la incompetencia del gobierno. Para ese momento ya podía notarse sin duda que Cada voz es comona melodía contundente, gris, amarga, que te clava navajas en los oídos de solo pensar en cada uno de los que no sabemos donde están, y la certeza que se tiene es que están presentes en el corazón de sus buscadoras y buscadores.
Explicó que “Madre Buscadora” cuenta su historia, y refleja la de muchas madres de distintas partes del país que se despiertan todos los días para enfrentar la incertidumbre, para desenterrar dolores que a su vez representan calma en caso de tener la suerte de encontrar aunque sea a uno de sus desaparecidos a quienes ya ha adoptado también como a sus propios hijos. Es este amor y todo este dolor el que se respira estando cerca de ellas, que duele pero que te demuestra que hay esperanza.
Los rostros de los asistentes se pintaron de humanidad cuando ellas gritaron “Hasta encontrarlos”, los reporteros, el staff de trabajo de la FIL y todo el salón 6, pasamos de ser simples ciudadanos o trabajadores a ser seres humanos que lloraban, que comprendían la necesidad de estas madres y su valentía incanzable lo que nos demostró, como expresó una chica, que este y todos los colectivos en busca de sus desaparecidos, necesitan ser escuchados por la sociedad, ser apoyados y comprender la importancia que tiene la solidaridad.
Una madre compartió que viajó desde Jalisco, porque gracias a las madres buscadoras de esta entidad su hijo fue hallado y aunque por temas burocráticos no le habían entregado el cuerpo, ella no se imaginaría estar ahí si no fuera por ellas. Esto nos demuestra como dijo Adrián LeBarón, que aquello que las autoridades no quieren y no pueden hacer, lo hacen las madres, por amor. Sin embargo para mí al voltear a ver el lugar, esto demostraba la importancia de darle voz a estas causas a usar nuestras herramientas creativas como forma de protesta, de denuncia, como una forma de pedir ayuda, de gritar hasta llegar a la FIL, en donde sin duda habrá aunque fuera solo un lector capaz de abrir los ojos a través del libro de Ceci a quien una alcaldesa le ofreció como ayuda darle palas y picos, quien ha sido descalificada y querido callar.
Tenemos que reconocer que los libros son armas, son fuerza son más que una manifestación de ideas, más que el arte de la imaginación. Son un reflejo de la realidad que nos grita con sus letras este recordatorio constante de que somos una sociedad y no solo un ser individual. No esperemos a que nos pase para hacer algo, sigamos escribiendo, leyendo asistiendo a espacios en donde se nos permita escuchar y ser escuchados. Ceci alzó la voz y fue escuchada, tal vez no han sido encontrados todos, pero ella encontró el espacio para llegar a más personas escribiendo, en este espacio en la FIL que no puede pasar desapercibido.
El mundo necesita lectores reales, no aquellos que solo compran libros y luego los tienen en los estantes, requerimos lectores que escuchen y reflexionen sobre aquello que los autores nos gritan, más allá de la fantasía porque no vivimos en un mundo perfecto. Exijamos espacios para todos aquellos que como las madres buscadoras del país, puedan ser leídas.
Elienai Lucero Hernández
Directora de Multimedia
Me llamo Elienai Lucero Hernández, me llaman Elienai, Lluvia, Kumy, Niennai, Nai, Nani, a veces soy Lúth L. L. H. En casi todas mis versiones soy aficionada de la literatura, la loca de los cuadernos, dibujos y misionera de la revista Katabasis ¿Ya leíste todos los números? ...deberías.
Daniel Macías
Redactor