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Ilustrado por: Paulo Cañón

Paulo Cañón

Supongamos que la violencia debe tener una poética y una belleza espectaculares. Supongamos, también, que quizá alguien es capaz de encontrarlas y que, además, proviene de uno de los países menos visibles de toda Europa. Supongamos que basta con leer apenas unas líneas de su obra para sentir cómo estalla en ellas la materia de la literatura más sutil, exacta y a la vez maravillosa. Y para no aburrir, dejémonos de suposiciones y digamos que todo esto se trata de alabar a Ismail Kadaré, el autor nacido en Albania que, desde mi punto de vista, es uno de los mayores candidatos (y más dolorosas omisiones hasta el momento) del premio Nobel de Literatura.

Kadaré es un escritor especial: en sus palabras bailotean tópicos interesantísimos como la violencia, la mitología, la historia de los Balcanes y la identidad. Cada travesía dentro de sus textos es un viaje en carreta o a pie por inmensos caminos rurales donde el paisaje y el aire parecen tocar la mirada del lector.

Sus palabras tienen sonidos de cascadas, los bordes que hay entre los párrafos se asimila a los filos de las montañas y los espacios entre las letras parecen mechones de pasto que se juntan en una inmensa cabellera rocosa.

Es un escritor capaz de criticar a un régimen autoritario (la dictadura de Enver Hoxha) utilizando una de sus novelas que se sitúa en el imperio otomano. Así mismo, hace parecer que las leyes salvajes de Albania (el Kanún) son principios vitales, monumentos a la violencia en los que la justicia no es una dama con los ojos vendados y una balanza, sino la imagen de un hombre joven que deambula por caminos empedrados, esperando que los ejecutores de su vendetta lo alcancen y le den muerte.

Ismail Kadaré nació en Gjirokastra, Albania en 1936. Se ha destacado por sus posturas críticas a la guerra, los totalitarismos y a la política internacional, con un énfasis especial en Europa. Ha sido galardonado con premios como el Princesa de Asturias de las letras (2009), el Premio Booker Internacional (2005) y el Premio Internacional Neustadt de Literatura (2020).

Algunos libros:

El general del ejército muerto (1963)

Crónica de la ciudad de piedra (1971)

Abril quebrado (1978)

El Palacio de los Sueños (1981)

El expediente H. (1981)

Tres cantos fúnebres por Kosovo (1998)

Ismail Kadaré en sus propias palabras:

«No existe pasión o pensamiento maléfico, adversidad o catástrofe, rebelión o crimen, que no proyecte su sombra en los sueños antes de materializarse en el mundo». —  El Palacio de los Sueños

«Si hay que sacrificar un animal cuando se construye un nuevo puente, ¿qué hará falta para construir un mundo nuevo?» — Crónica de Piedra

«No llegué a la literatura desde la libertad, sino a la libertad desde la literatura».

«De niño me creía Shakespeare».

[Sobre ser candidato al Premio Nobel de Literatura] «Decir que no lo espero sería una falsedad. Soy escritor y, para mí, la literatura es la cosa más sublime del mundo. ¿Cómo puedo afirmar que el Nobel no me interesa? Sería una idiotez… Formo parte de los eternos candidatos al premio, por lo que supongo que me hallo en una espera pasiva. Tengo una historia íntima y extraña con el premio».

«La dictadura y la literatura auténtica son incompatibles… El escritor es el enemigo natural de la dictadura».

«¿Quién puede decir que no es lo que vemos con los ojos abiertos lo que está distorsionado, y que lo descrito aquí no es la verdadera esencia de las cosas?» — El Palacio de los sueños

«Sólo era una frase que iba de boca en boca y nunca se tragaba del todo». — Abril quebrado

Fuentes:

https://letraslibres.com/revista-espana/ismail-kadare-un-viaje-a-albania/

https://elpais.com/cultura/2017/04/25/babelia/1493115162_968949.html

Paulo Augusto Cañón Clavijo

Paulo Augusto Cañón Clavijo

Redactor

Colombiano, periodista y lector de tiempo completo. Escribo para encontrarme. Apasionado del fútbol, la música, los elefantes, las mandarinas y los asados.

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