Ilustrado por: Sofía Olago
Brisa Enríquez
Como van a usarse varios anglicismos, les dejo algunas definiciones para que me puedan entender mejor en el resto del artículo:
Canon: El contenido creado por el autor original de una obra de ficción.
Fandom: Conjunto de aficionados de alguna obra de ficción.
Fanzine: Una revista hecha por fans con diferente tipo de contenido (escritos, dibujos, canciones, etc.) basado en una obra original.
Fanworks: Escritos, canciones, edits, etc., hechos por fans para fans basados en una obra original.
Cuando hablamos de fanfic, hablamos respecto a aquella literatura hecha por y para fans basadas en una obra original de ficción. Muchas veces se tiene una idea de que la mayoría de esta literatura es creada para mujeres adolescentes con poca madurez sexual o critica, además de que no supone un gran aporte literario como sí lo hacen libros que se pueden considerar como «clásicos».
Debido a estos prejuicios muchas veces nos perdemos la oportunidad de realmente conocer este género literario y todo lo que representa para la literatura debido a los prejuicios. Historias que han salido del fandom se han convertido en parte del canon en algunas franquicias. Personajes que reviven gracias a la historia de uno de los creadores de lo que pudo ser. Incluso, dentro de las mismas obras originales, existen los What if? (¿Qué pasaría si…?), que son escenarios ficticios de cómo una decisión pudo modificar todo el canon de lo que se conoce ahora.
El fanfic es ese involucramiento del fan en la historia original. Y, aunque para muchos críticos o escritores el fanfic no es realmente literatura ni aporta nada a la obra original, hay que considerar que es tal vez el mal concepto colectivo que se tiene respecto a este tema. Comentarios como «algo original es mejor» o «personajes originales son mejores» realmente demuestran lo poco que se conoce sobre el fanfiction, si no estás dentro de ese mundo.
Considero que nuestro camino en la literatura determina mucho el concepto que llegamos a tener sobre el fanfic. A término personal, en mis primeros años de lectora me dejé influenciar por comentarios de personas más «cultas» y «sabias» con las que coincidía en decir que el fanfic era un chiste, sin siquiera pararme a leer algo al respecto. Podría decirse que es la idea que tenemos respecto al fanfic lo que realmente nos hace juzgarlos. Y, al final, el mismo fanfiction se ha convertido en una fuente de creación de nuevas historias para contar (por ejemplo, Netflix y Wattpad).
El fanfic es muy importante dentro de la relación entre el fan y el autor de la obra original. El fan plantea ideas que muchas veces pueden representar la apertura a más historias, o ampliar el universo con ideas que el autor original jamás consideró. Los fans transforman obras originales en populares, y muchas veces los mismos fans terminan trabajando junto al autor original para ampliar los universos.
Marvel se ha llenado de ilustradores y escritores que en su momento fueron fans, hicieron sus propios comics sobre algún personaje favorito y ahora cuentan historias que están dentro del canon. Franquicias como Star Wars está lleno de fans que ahora actúan o dirigen historias que siempre les hubiera gustado ver en pantalla.
Aunque se tiene la idea de que los fanfics solo hablan de contenido sexual para adolescentes, la realidad es que en su mayoría son mujeres mayores o personas mayores de edad quienes alimentan el mundo del fanfiction. No siempre un fanfic cuenta con historias llenas de faltas de ortografía, sexo y poco contenido literario. El fanfic toma lo original para potenciar ideas, para explorar lo que el autor no se atrevió, haciendo del fanfic una herramienta de acercamiento entre el autor original y los fans.
Hay pocos autores que realmente permiten este tipo de acercamientos. Neil Gaiman, un escritor de renombre en la literatura, ha hecho y escrito fanfics, e incluso promueve la escritura de los mismos sobre sus propias historias. ¿Qué mejor forma de promover la escritura si es a partir de algo que nos gusta y conocemos a la perfección?
El fanfic es un juego, un aporte del fan. Los fanfics se convierten en ese refugio, queja, inconformidad o sugerencia del fan con respecto a la historia original. Se convierten en la voz del fandom sobre lo que quiere ver en una historia, lo que esperan y de alguna forma ayuda al autor original a expandir su universo creado.
Pero no todo es color rosa en el fanfiction: así como existen autores que lo promueven o incluso han salido de ahí, existen otros que aborrecen todo el concepto del fanfic. Autores poco involucrados dentro del fandom y que hasta lo pueden llegar a considerar una ofensa para su obra original.
Uno de esos casos, y de los más importantes, es el de Anne Rice, quien puso unas primeras bases ante la legalidad de los fanfics y trajo muchas nuevas oportunidades a los escritores de fanfics.
El 7 de abril de 2001, en la página oficial de Anne Rice apareció un mensaje que escandalizaría a los fans de los libros de la autora.
«No permito fanfiction. Los personajes tienen derechos de autor. Me molesta terriblemente incluso pensar en fanfiction con mis personajes. Aconsejo a mis lectores que escriban sus propias historias originales con sus propios personajes. Es absolutamente esencial que respetes mis deseos»
Este mensaje se dividiría en los que la apoyan y los que son directamente atacados, aunque lo que realmente desataría toda la controversia es que unas semanas después, la plataforma Fanfiction.net, recibió un correo por parte de Anne Rice y sus abogados para la remoción de todo contenido basado en sus historias:
«Nos ha llamado la atención que su sitio web fanfiction.net pone a disposición en Internet numerosas historias contienen los personajes mencionados anteriormente y otro material de propiedad intelectual. Incluso cuando se hace sin fines de lucro y/o como aficionado, dicho uso de personajes y material es usado sin el permiso de la Sra Rice.
Si bien la Sra. Rice aprecia mucho el interés de sus fanáticos en sus personajes y material, es su responsabilidad y la nuestra asegurarnos de que no se infrinjan sus derechos.
En consecuencia, debemos insistir en que fanfiction.net se abstenga de inmediato de poner a disposición a través de Internet o de otro modo cualquier trabajo basado en cualquier elemento de propiedad intelectual, incluidos, entre otros, los personajes mencionados anteriormente. Es indispensable que confirme inmediatamente por correo electrónico que fanfiction.net ha cumplido con lo anterior.
Si no recibimos la garantía anterior de usted antes del cierre de operaciones del lunes 21 de mayo de 2001, no tendremos más remedio que informar al servidor de Internet de fanfiction.net sobre este asunto y pedirle a dicho servidor que tome las medidas apropiadas. Lo anterior se establece sin perjuicio de los derechos y recursos de la Sra. Rice y su editor, Alfred A. Knopf, Inc., todos los cuales están expresamente reservados».
Pese a que Fanfiction.net es, actualmente, una plataforma para la publicación de fanfics muy popular, temiendo las repercusiones legales, decidieron hacer lo que la escritora y sus abogados solicitaban. La plataforma eliminó todo el contenido basado en las historias de Anne Rice junto con el siguiente mensaje:
«Anne Rice: Vampire Chronicles, la categoría, ha sido eliminada a pedido de Anne Rice».
Los fans estaban a la expectativa de todo lo que podía hacer una autora reconocida con un bufete de abogados. Muchos estaban asustados, muchos empezaron a tirar odio directamente a la autora, aunque claro, no hay mucho registro de esto ya que en esos tiempos las redes sociales no eran lo que son actualmente. Muchas de las anécdotas contadas en su momento deben valorarse con ojo crítico.
Hubo rumores y testimonios de personas que vivieron eso (tengo algunos conocidos) de que Anne Rice y sus abogados comenzaron a acosar personalmente a los escritores de fanfics, por lo menos a los que tenían las historias más famosas. Desde acoso por correo hasta cartas con amenazas físicas. Todo esto provocando que muchos de los fans de la escritora la «cancelaran».
El acoso de la escritora hacia los fanáticos fue enorme. Incluso, años después de del asunto, había cuentas de otros fans que apoyaban las decisiones de Anne Rice convirtiendo todo el asunto en una cacería de brujas. Mucho se mencionó de algunos usuarios que eran de la misma escritora para molestar a sus fans por el tipo de mensajes que dejaban:
¿Está seguro? Sabes en lo que te estás metiendo. La amenaza de acoso personal es muy real. Anne Rice no quiere que escribas fanfiction y tiene el dinero para que dejes de hacerlo. ¿De verdad quieres probarla?
Aunque se recibían estas amenazas, como siempre ocurre en la historia humana, lo prohibido solo fomenta la distribución ilegal. Se formaron grupos por correo electrónico para pasarse fanfics basados en la obra de la autora. Tarde o temprano la autora se enteró e incluso hubo fanzines que estuvieron a punto de ser demandados pese a que todo era sin fines de lucro. Anne Rice estuvo dispuesta a demandar a cada uno y tenía el dinero para hacerlo.
Fue por los años 2008-2009 que Archive of Our Own (ao3), la plataforma de fanfiction más grande que almacena más de 3 millones de fanfics sobre diferentes fandoms en la actualidad, la que tomó el caso de los escritores acosados, tomó a su equipo legal y defendió a los fans que solo buscaban escribir sobre sus personajes sin fines de lucro.
La disputa duro casi siete años. La plataforma ao3 ganó que se detuviera el acoso a los escritores de fanfic mientras la plataforma no cobrara por esas historias. Se daría apoyo legal a los escritores de fanfic que lo necesitaran si se repetía alguna situación similar.
Anne Rice dejó de lado ese tema, pero perdió muchos seguidores de sus obras debido al acoso que muchos sufrieron por parte de la autora y sus abogados. Incluso, para tratar de reparar el daño, se excusó diciendo que fue una estrategia de marketing para su nuevo libro ya que los fanfics opacarían su obra y necesitaban deshacerse de la competencia.
En 2012, en una entrevista, mencionó que cambió de opinión respecto a este tema diciendo que «el fanfic es un camino que puede ayudarte a tener tus propias ideas para escribir». Muchos fans, que fueron acosados en su momento, lo tomaron como una burla de todo lo que realmente ocurrió.
El caso de Anne Rice no fue el único, ni el ultimo, de autores que amenazaron a sus propios fans por escribir fanfics o hacer fanworks de sus obras. Pero si uno que dejó varios antecedentes importantes. Y es un poco hipócrita, de cierta forma, que se satanicen historias escritas basadas en un universo creado cuando muchas veces los mismos autores se basan en otros para crear sus propios universos. La misma Rice tomo inspiración de obras como Drácula para construir su propio universo, pero prohibió a su fandom crear nuevas historias con base a las suyas.
Considero que cuando una obra es lanzada para que el público la consuma, se convierte en la historia de las personas. Donde los fans participan para que sigan vigentes. Aunque comprendo la visión del autor donde su obra solo es suya y solo él puede jugar con su universo, al final sin el fan la historia no tiene relevancia.
El fanfic es un concepto más amplio de todo lo que he planteado en este intento de ensayo. Pero al final, es una perspectiva diferente sobre una historia original a la que se le tiene amor y cariño.
A mi consideración, el fanfiction es la oportunidad de escritoras (mujeres en su mayoría) para poder desarrollar sus habilidades. Y no significa que en el fanfic solo existan obras maestras, porque hay de todo, como en la misma literatura. Pero creo que nos sesgamos mucho a la idea de lo que es el fanfic realmente y no tratamos ni de explorarlo ni de comprenderlo ni de salir de esta idea de que es «un robo al material original» cuando considero que va más allá de eso.
No trato de convencer a las personas de que ahora vayan y lean puros fanfics pero tal vez si sea momento de dejar de encerrarnos en ese gastado argumento de «mejor algo original» cuando muchos clásicos son una reescritura de historias ya contadas. Ampliemos las mentes y no teman a leer fanfics, que hay obras que valen mucho la pena conocer.
Daniel Macías
Redactor
Sofía Olago
Ilustradora
Mi nombre es Diana Sofía Olago Vera, para abreviar prefiero ser llamada Sofía Olago. Tengo 19 años y nací en Lebrija, un pequeño municipio del autoproclamado país del Sagrado Corazón de Jesús: Colombia. Sin embargo, desde pequeña he vivido dentro del área metropolitana de Bucaramanga, capital del departamento de las hormigas culonas.
Soy una aficionada del diseño que nutre su estilo y conocimientos a base de tutoriales y cacharrear softwares de edición. Actualmente, soy estudiante de Comunicación Organizacional, carrera que me dio la mano para mejorar mi autoconfianza y mis habilidades comunicativas.