«Los grandes artistas copian, los genios roban»
“Toda copia es una especie de homenaje”
Hay una película de Woody Allen, suelo olvidar el nombre por no ser una de sus creaciones más conocidas, en la que uno de los protagonistas es un escritor que una vez tuvo un libro exitoso pero ahora es un fracasado que no consigue escribir algo memorable, tiene un par de amigos uno de los cuales escribe una novela y se la da para que la lea y le dé su opinión, poco después este amigo sufre un terrible accidente. La novela era genial, lo sabe y decide atribuírsela como autor, total su amigo ya no puede detenerle…
En su libro Gramática de la fantasía señalaba Rodari que, en torno a la literatura muchas historias tendrían infinitas semejanzas entre sí, que podrían ser calcos, así tenemos, por ejemplo, La odisea y Ulises, la una y la otra son diferentes pero como si de un juego se tratase hay ciertas semejanzas entre ambas y que de alguna manera, que todos sabemos, Ulises sería un calco, uno desvirtuado, de La odisea. Y a propósito de esto, algunos referían que La Eneida podría ser una copia de la epopeya griega, lo cual no termina de ser cierto dado que es muy probable que haya influido en el libro de Virgilio pero no se podría considerar una copia en sí.
Y es un hecho de que la literatura está llena de influencias y referencias pero algo muy distinto es crear a partir del otro y copiar. Hay muchos escritores que han sido acusados de lo segundo, algunos de ellos son renombrados artistas como: “William Shakespeare [que] no era un escritor, era un genial carpintero del teatro, un actor que copió y plagió maravillosamente de los textos que había en su época, al tiempo que escribió obras deleznables y es dudoso que los textos que manejamos sean realmente de él…, ya está bien de adorar al santo”, dijo ayer el catedrático Manuel Ángel Conejero, presidente de la Fundación Shakespeare de España*.
El rumor en torno al Cisne de Avon viene corriendo desde hace algún tiempo, que lo señale, una de las personas designadas para cuidar de su obra, creo le da un peso aún más fuerte y es que es innegable lo prolífico que fue William Shakespeare y suele debatirse su capacidad creativa, se señala que pudo haber copiado La tempestad de un texto de Montaigne, además de Petrarca y Teresa de Jesús, otro rumor que corre es que usaba negros o fantasmas para que escriban por él.
A propósito de Inglaterra Byron hizo algo un poco peor que plagiar; todo habría pasado días después de la noche en la que se escribió Frankestein. Era una noche fría en la casa de la Villa Diodati estaban reunidos: Mary Shelley, Percy Shelley, John William Polidori y Lord George Gordon “Byron”, y, apostaron quien sería capaz de escribir la mejor historia de terror, todos sabemos quién ganó, pero esa noche también se escribió una historia llamada “El vampiro”, el autor fue John Polidori pero Byron se robó el texto, lo publicó con su nombre y como era mucho más conocido y considerado un gran poeta, mucha gente lo creyó por algún tiempo, hasta que se desveló su verdadero autor.
Y como señalaba líneas arriba, a veces implica a reconocidos escritores, uno de los más sonados involucra, nada menos, que a un Nobel de literatura, esto ocurrió en los noventas con uno de los premios literarios más rentables, monetariamente hablando, estos son algunos de los muchos fragmentos que fueron presentados como prueba para dar cuenta del plagio:
Carmen, Carmela, Carmiña: (pág. 246) “No podría precisar el tiempo que duró la levitación”; (pág. 244) Ritual: “… velas y claveles blancos…”; (pág. 231) “echadora de cartas”; (pág. 211) “ánimas de la Santa Compaña”; (pág. 3) ” la Santa Compaña … paseaba las almas en pena”.
La Cruz de San Andrés: (pág. 229) Aparece la “levitación”; (pág. 233) Ritual: “vela blanca… claveles blancos”; (pág. 76) “las echadoras de cartas”; (pág. 66) “los muertos de la Santa Compaña”, “las ánimas del purgatorio”.
Carmen, Carmela, Carmiña: “Muchos barcos encallan ahí y naufragan hundiéndose rápidamente, sin salvamento posible para los tripulantes” (pág. 192)
La Cruz de San Andrés: ¿Cuántos muertos se llevará la mar cada invierno” (pág. 17)
“Carmen, Carmela, Carmiña” (pág. 268 y más) “el hombre había llegado a la Luna”.
“La Cruz de San Andrés” (pág. 24, 228) “el hombre llegó a la Luna”.
Ambas novelas tratan sobre magia y hechicería y el caso remeció los círculos literarios de Hispanoamérica: Camilo José Cela era acusado de plagio en España. Un ganador de Nobel y ya renombrado escritor resultó envuelto en algo tan vergonzoso. El caso ocurrió en el concurso por el premio Planeta en 1994, una novela: “Carmen, Carmela, Carmiña” escrita por Carmen Formoso, una ama de casa hasta ese momento desconocida, fue copiada en “La cruz de San Andrés”, la que por cierto resultó ganadora en dicho certamen, el escándalo estalló por la denuncia que puso el hijo de la autora, un abogado que entre las pruebas que tenía estaba que la novela de Carmela fue presentada en mayo y la de Camilo en junio, además de los fragmentos semejantes con mínimos detalles que contenían ambos libros. Algunos creen que el jurado de la editorial leyó “Carmen, Carmela, Carmiña” y decidió dársela al Nobel para que la reescriba y la presenté. Tras ello sería declarado ganador, lo que ocurrió, y la editorial publicaba un ganador de su concurso que había sido un Nobel, el premio hubiese servido como pago de las regalías y habría asegurado las ventas, es decir un negocio redondo, lo que no contaban es que esa novela tuviese un registro y un abogado que los iba a demandar. Camilo negó el plagio hasta su muerte siendo el único acusado el consejero delegado del grupo editorial Planeta, José Manuel Lara Bosch, en el 2009 se determinó que el plagio existió, uno innecesario por cierto.
Si bien es cierto no es el único español fue uno de los más sonados. Otra española fue acusada de lo mismo, Lucía Etxebarría para escribir “Ya no sufro por amor” copio fragmentos enteros del artículo: “Dependencia emocional y violencia física” del psicólogo Jorge Castelló que le entabló un juicio, fue encontrada culpable y pagó 3.000 euros por el plagio, anteriormente la revista Interviú la acusó de haber plagiado a Antonio Colinas, esa vez no pasó nada porque el poeta decidió no armar polémica. Ana Rosa Quintana fue otra española que copió párrafos y páginas enteras de tres libros: “Mujeres de ojos grandes”, de Ángeles Mastreta, “El pájaro canta hasta morir” de Collen MacCollough y “Álbum de familia” de Danielle Steele; aceptó su culpa y sólo pidió disculpas, el libro se llamaba “Sabor a hiel”.
Otro nombre frecuente cuando de plagio se trata es el bestseller de Penguin Random House Arturo Pérez-Reverte, a la fecha lleva dos novelas acusadas de plagio, la primera vez data del 2013 en la que fue condenado a pagar una indemnización de 200 mil euros al cineasta Antonio Gálvez- Vigil por el plagio de su película: Gitana, para una de sus novelas y recientemente por copiar de manera casi literal el texto de la escritora mexicana, Verónica Murguía, en la novela: Perras e hijos de perra, tras ser puesto en evidencia se aceptó su culpabilidad, se disculpó y pudo zanjar el tema.
No sólo el mundo hispano cae en esto, recientemente Houllebecq, autor de Anagrama, fue acusado de lo mismo por haber usado fragmentos literales de Wikipedia para escribir su novela: “El mapa y el territorio” flamante ganadora del premio Goncourt de 2011, el más prestigioso de Francia, como suele ocurrir en estos casos al principio el escritor francés negó los hechos y al final ante las pruebas lo aceptó arguyendo que la Wikipedia es libre y por tanto podía copiar extractos de estas sin citarla. Lo que no se esperaba es la vuelta de tuerca que esto iba a tener, Florian Gallaire subió toda su novela a la red, bajo la premisa de que, como su obra tenía como base a un portal de uso libre su obra también lo sería.
Latinoamérica no está exenta de casos como estos, Borges fue acusado de tener similitudes más que obvias entre el cuento “El otro” y el texto de Papini “Dos imágenes en un estanque”, él se justificó diciendo que había olvidado haber leído el texto.
Su amigo autor de “La invención de Morel” también fue acusado de lo mismo, se decía que este habría usado, fragmentos de “XYZ” del peruano Clemente Palma, en su libro. Si bien es cierto es muy curioso que ambas toquen el doble de una manera más que magistral, podría decirse, en este caso en particular, que lo ue habría es una inspiración y coincidencia en el tema más el tratamiento de cada una es particular.
Y ya que estamos en Perú toca recordar a Alfredo Bryce acusado en el 2008 de plagio de una serie de artículos periodísticos, el peruano no aceptó pese a las pruebas de que fue un plagio, señaló como responsable a su secretaria y hasta llegó a decir que, de existir algún tipo de plagio, se trataría más bien de un homenaje haciendo suyas las palabras que alguna vez digo Borges, al final tuvo que pagar una reparación de más de 50 000 dólares. Esto impidió que años más tarde, en el 2012, fuera ganador del premio de la Feria de Guadalajara
Y a propósito de México, habría que recordar otro Nobel de Literatura sobre el que pesa hasta ahora una acusación de plagio: el mexicano Octavio Paz, sobre esto recordamos las palabras del autor: “Uno de los artículos de Salazar Mallén que nadie recuerda y un libro de Samuel Ramos que todo mundo conoce, son mis fuentes secretas. De paso, no estoy en contra del plagio cuando la víctima desaparece. Ya se sabe que el león se alimenta de corderos.”
Por cierto hoy mi editora me pidió corregir un par de cosas y para no dejarles con la duda busqué la película de Woody Allen que les mencioné al inicio, es You will meet a tall dark stranger o Conocerás al hombre de tus sueños, en ella actúan Naomi Watts, Anthony Hopkins, Antonio Banderas y el escritor es interpretado por Josh Brolin, aunque puede no ser considerado por algunos como la mejor yo la disfrute mucho.
Lara Hernández y José Camilo Cela en la -polémica- entrega del premio Planeta 1994. Imagen de Internet.
Densa Lorenza
Autora
Arturo Cervantes
Ilustrador
Una oscura noche de verano, el abismo abrió su boca infernal, dejando escapar un ser etéreo y terrible, que devoraría todo a su paso con su furia. Eternamente manchado de acuarelas y las almas de los incautos que obtienen lo que desean, se mueve por el mundo deslizándose por entre las cerraduras. También me gustan los gatitos y el té.