Jherson R. Miranda
A Jorge Luis Borges
la sangre, las vísceras, el esqueleto,
absolutamente todo, hasta el último rincón
de uno mismo.
A esa cúspide de la noche,
la más temible y pétrea,
donde olvidamos la tradición de nuestro rostro,
casi de forma instantánea,
le hemos nombrado conticinio.
Ya dormidos, sin manifestaciones, solos,
es que llegamos a ese punto;
la totalidad de un crepúsculo, su inmensidad,
de la cual no recordaremos,
sino un vago sueño
que pudo haber sido una certidumbre,
mas no fue.
Misteriosamente, a veces volvemos del sueño
y despertamos confundidos en el miedo
cuyo interior reúne pocas cosas, muy nuestras:
el último sol, un verdugo y la soledad
que aún no han alcanzado su forma
pero nos habitan desde el día
en que empezamos a ser.
No sé con certeza
cuántas paredes me separan de mi redentor,
sólo tengo el pensamiento de que al irnos ya,
hombres distintos en tiempo y sabiduría,
la muerte nos empatará a todos,
y quizás el mundo, atestado de puertas y galerías,
no sea más que la Casa de Asterión.
Jherson R. Miranda
Mi nombre es Jherson Roger Miranda, poseo la nacionalidad boliviana, tengo 25 años y mi profesión es la Comunicación Social. Por otro lado, mi oficio es la escritura, en particular la poesía. No me considero un gran escritor, y tampoco lo haré nunca, sólo escribo con disciplina y frecuencia, a veces más que escribir, me gusta leer. Mis autores favoritos son el argentino Jorge Luis Borges, el boliviano Oscar Cerruto y el inmortal griego Homero.