Ilustrado por: Lizeth Proaño
René Medina
Inmortalidad, seducción e inteligencia. Estos fueron los ingredientes elegidos para crear al caballero perfecto, pero el Profesor stocker agregó accidentalmente otro ingrediente a la formula: la sed de sangre, naciendo así, Drácula y el vampiro moderno. Una imagen en un principio meramente literaria, que pasó a formar parte de la cultura pop en todos sus ámbitos; una imagen que, es por naturaleza, un depredador del ser humano que viene del lado oscuro y ha cautivado la imaginación colectiva, más allá de despertar terror. Pero, ¿por qué es tan fascinante la figura del vampiro?, ¿por qué esa seducción tan poderosa sale del papel o la pantalla, y es capaz de capturar las mentes y los corazones de las personas?, ¿cuál ha sido el recorrido cultural que ha tenido nuestro conde favorito para estar tan presente en la mente de todos nosotros? Estas son algunas de las interrogantes que trataremos de responder en las próximas líneas.
Primeramente, deberíamos hacer una acotación sobre a qué nos referimos cuando hablamos de «vampiro moderno». En un inicio permítanme decirles, sobre todo a los milenial, que no estamos hablamos de los vampiros del cine y la televisión de la década del 2010: vampiros con piel brillante, fisicamente hermosos y conquistadores de adolescentes 100 años menores que ellos; o mi favorita, una guerra de clanes vs los hombres lobo —underworld está infravalorada, change my mind—. Tal vez sea mejor llamar a ese vampiro, vampiro postmoderno, y definitivamente lo dejaremos fuera de esta ecuación.
¿Entonces, de qué tipo de vampiro moderno hablamos? Pues nada más y nada menos que de aquel que nace con la novela de Drácula, así como del concepto de vampirismo que de ella se desprende. Quizás esto no te parezca lo suficientemente moderno; sin embargo, tenemos conocimiento de mitos vampíricos provenientes de civilizaciones tan antiguas como la asiria o la babilónica, donde se hablaba de seres nocturnos y abominables capaces de robar la vida por la sangre. Contrario a la novela, la cual fue publicada apenas hace 126 años atrás, así que sí, es moderna.
Entonces pues, hablaremos por el momento del vampiro moderno, o clásico, ese enigmático y seductor ente. Cierto es que no se requiere delimitar demasiado las características del conde Drácula, el vampiro por antonomasia, pero es necesario hacerlo para encuadrarnos y estar seguros que hablamos de la misma criatura. ¿Como es pues un vampiro? es aquella criatura de la noche, un ser cautivador, hipnótico, sensual, inteligente, sagaz, e inclusive, capaz de amar. Poseen una piel blanca casi etérea, juventud eterna, labios rojos, y por supuesto, no podemos, ni debemos olvidar los colmillos. Es un ser que dejó de ser humano, pero lleva algo de humanidad en su interior; es una entidad capaz de robar las voluntades con la mirada; que puede materializarse en múltiples lugares, y se transforma en murciélago o lobo, criaturas a las cuales puede manipular al igual que a las ratas, pero que, sin embargo, no puede entrar a tu casa si no lo invitas, no tolera el ajo ni las estacas, y respeta y teme a los signos religiosos como el crucifijo. Tiene así el vampiro una mezcla de dominio, oscuridad y repulsión, que, no obstante, están permeadas de sensualidad, clase, y un fuerte magnetismo sexual. Puede que éste mismo magnetismo, es el que hace que la figura del vampiro se encuentre tan presente en nuestra cultura occidental. El conde y su ejército de almas malditas, no se quedó solamente en las paginas de los libros, sino que mas bien pronto, brincó a muchos aspectos de la cultura popular, siendo uno de los primeros y mas destacados el cinematográfico; ámbito que, sin duda, merece la pena ser examinado, al menos de manera somera.
Es por todos los cinéfilos o amantes del terror conocido, que la primera adaptación de la novela de Stocker fue Nosferatu, por allá de 1922, todavía en el formato de cine mudo. Es sin duda una película de culto y, —que si no has visto, te recomiendo encarecidamente lo hagas. La encuentras gratis, remasterizada en 4k en YouTube— donde, sobre todo en la estética, se presenta por primera vez una adaptación libre de Drácula. Aunque la figura de Nosferatu no es la convencional, aunada con la técnica interpretativa, el estilo histriónico de los actores y la misma película fílmica usada hace 100 años, es una película de terror en toda la extensión de la palabra. Resulta necesario destacar que, la imagen del conde burgués, bien vestido con un gran medallón en su pecho y su pelo peinado pulcramente hacia atrás que todos tenemos en la mente, se la debemos a Drácula de los Estudios Universal en el año 1931. Calcada al pie de la letra de la novela, donde el papel del vampiro es interpretado magistralmente por Bela Lugosi, la pelicula se convirtió en la imagen de Drácula por antonomasia.
Aquí cabe perfectamente un dato curioso. Muy pocos saben que esta misma versión — la de los Estudios Universal— tiene una contra parte completamente hablada en español estrenada al mismo tiempo. De hecho, las dos versiones fueron filmadas simultáneamente. De día, se trabajaba en la versión en inglés, y por las noches, se filmaba la versión hablada en español con actores Hispano hablantes. Esta versión no es tan conocida, inclusive, en un momento se creyó completamente perdida, hasta que, en 1970, se encontró en la Habana, Cuba. La película fue muy popular en México, y ayudó a dar inicio al cine de terror mexicano de la época de oro. Y no está de más apuntar que la versión en español es considerada por la crítica, superior en muchos aspectos técnicos y de ejecución, a la versión anglosajona.
Estos dos productos cinematográficos, inauguraron, no solo un sinfín de adaptaciones de la obra de Stocker en el séptimo arte, sino, sobre todo, un nuevo género y el nacimiento de un icono. Gracias a estas obras, y al futuro advenimiento de muchas, pero muchas versiones más, la figura del vampiro se fue afianzando cada vez mas en la conciencia popular. En cuanto al cine respecta, existen mas de 50 versiones de Drácula, sin considerar todas aquellas que no tienen al personaje como protagonista. La lista de películas de vampiros es realmente interminable.
Si bien hablar de todas ellas volvería estas líneas interminables, me gustaría dejarme llevar por mi orgullo nacionalista y hacer una mención especial al vampirismo en el cine de terror en la época de oro del cine mexicano.
Como lo comentamos unos párrafos atrás, la entrada triunfal del conde llegó de la mano de la película de Universal en 1931 —la que estaba hablada en español—; sin embargo, no es la más conocida. Quizá la más reconocida en el rubro sea El vampiro —1957— de Fernando Méndez. Película de culto en el género del terror. Misma que contiene todos los elementos característicos del cine mexicano de la época de oro: una fotografía excepcional, un estilo artístico e histriónico sorprendente y una umbra de surrealismo aportado por el blanco y negro. Dicho filme tiene una segunda parte, titulada El ataúd del vampiro —1958—, otra obra maestra. Un dato curioso que aportar es que, Germán Robles el protagonista de ambas películas, padeció la maldición de Drácula; debido a que hizo tan bien su personaje que quedó encasillado en él, filmando más de 90 películas sobre el tema. No obstante, y he aquí otro dato curioso, uno de sus últimos trabajos fue para Walt Disney, interpretando al crítico despiadado Anton Ego en Ratatouille. —inserte secuencia donde Ego prueba la sopa y se remonta a su infancia—. Esta película, —la del vampiro, no la de Disney— es parte de una tendencia que podríamos llamar la era gótica del cine mexicano, con diversos títulos como La maldición de Nostradamus, El barón del terror y El imperio de Drácula, entre otros.
No podemos olvidar tampoco al Santo, el enmascarado de plata luchando vs multitud de vampiros y mujeres vampiro. Si bien no forman parte del cine de terror, sino más bien de una suerte de comedia involuntaria, son parte importante del breviario cultural mexicano.
Dos ejemplos más, fuera ya de la época dorada pero no por ello menos importantes son Alucarda, la hija de las tinieblas —1975— de Juan López Moctezuma y Cronos —1992— el debut de nuestro, por todos adorado, Guillermo del Toro. La primera, es una historia vampírica donde se exalta la exuberante parte sexual del mito, con doncellas poseedoras de inclinaciones sadomasoquistas, mutilaciones, baños de sangre y algunas cositas más. Fun fact: alucarda es aDrácula leído de derecha a Izquierda. Por su parte, Cronos —1992— es un filme que va más orientado hacia lo postmoderno, pero que no podemos dejar de mencionar.
También dentro de la literatura de terror, como es de esperarse, han sido muchos los cuentos y novelas que han homenajeado o reinterpretado la novela fundacional. Quizá una de las más famosas, es El misterio de Salem´s lot del amo del terror contemporáneo Stephen King. En esta novela, Stephen hace una reinterpretación de Drácula, actualizándola al siglo XX, resultando en una novela con todos los elementos clásicos del vampirismo, pero con las nociones adecuadas para ser desarrollada en un tiempo más actual.
No obstante, debemos admitir que quizá la obra vampírica literaria por antonomasia del siglo XX sea Entrevista con el vampiro de Anne Rice. Novela que se volvió de culto inmediatamente, generando una serie de libros que al final se conocen como crónicas vampíricas. En Entrevista, conocemos por primera vez a Louis, un hombre normal que en los 1700 se convierte en un no muerto, y 200 años después se decide a contarle su historia a un periodista. El ciclo de novelas vampíricas fue llevado con bastante popularidad a la pantalla grande. La primera película, homónima de la novela, tenía como protagonistas a todos los galanes hollywoodenses por los que tu tía la noventera se volvía loca: Brad Pitt, Tom Cruise, y Antonio Banderas, por mencionar algunos.
Otro ámbito plagado de muertos vivientes es sin duda el de los videojuegos. Dentro de ellos, existe un clásico vampírico que no puede quedar fuera de estas líneas. Si, justamente estamos hablando de Castlevania. En este juego, para aquellos que no lo conocen, seguimos las aventuras de la familia Belmont en guerra vs el conde Drácula. Cada 100 años el conde vuelve a la vida, y es esta familia la encargada de derrotarlo antes que sea demasiado tarde. Es también dentro del mundo gamer, una obra de culto, que contiene más de 50 títulos en toda la saga, disponibles para casi todas las consolas existentes.
En nuestro recorrido hemos llegado a los finales del siglo XX con el vampirismo bien presente en la conciencia colectiva, cuando, irrumpiendo con el siglo XXI llegaron las sagas juveniles. Entre ellas una de las pioneras y más famosas Twilight. La primera parte de la entrega se publicó en 2005, bajo el mismo nombre. Si bien es cierto que para todos aquellos que somos fans del terror no consideramos a esta obra como parte integral del mismo universo, no podemos negar el impulso que trajo al vampirismo para las entonces nuevas generaciones. Solo la primera parte de la novela vendió mas de 25 millones y su adaptación a la pantalla grande en el 2008 recaudó 407 millones de dólares. Se debe reconocer que, como lo comentamos desde el principio, si bien este tipo de ser no puede ser llamado vampiro, si debemos considerar que atrajo la mirada mainstream a la figura vampírica nuevamente.
Así como en el cine y en la literatura, existen muchos otros ejemplos de la presencia vampírica en nuestra sociedad, y tal vez estén pensando en la moda Goth, lo cual es correcto, pero nuestro conocido conde se encuentra presente en todos los ámbitos culturales. Lo mismo aparece como un personaje de dibujos animados o un personaje de Sesame Street adicto a contar, y con su propia marca de cereal para un almuerzo balanceado y terroríficamente delicioso. Así es amigos, lo más darks del mundo no es comer murciélagos, es desayunar un buen plato de “¡Count Chocula!”.
En la actualidad siguen existiendo nuevas obras, tanto literarias, teatrales, cinematográficas, televisivas, novelas gráficas y demás expresiones de arte que nos permiten darnos cuenta que el mito del vampiro, como es su naturaleza, no está muerto, sino que se encuentra entre las sombras. Tal vez puede hibernar por un tiempo, pero habrá de despertar para seducirnos, atraparnos y orillarnos a querer dejarnos arrastrar a la locura. No temas pues mi querido lector, en ser un fan del terror y del vampirismo en pleno siglo XXI. La distorsionada y para nada histórica imagen del Vlad tepes —el verdadero Vlad el empalador que luchó vs Mehmed II el conquistador— está tan presente, o incluso más que el primer día. Así que, este Halloween, saca a tu Goth interno y, ya sea viendo un clásico de los aquí mencionados, leyendo o releyendo una obra, disfrazándote de un ser inmortal y diabólico pero capaz de amar, o solamente disfrutando un nuevo título vampírico en Netflix en la comodidad de tu hogar, deja que el mito del vampiro te seduzca una vez más.
René Medina
Autor
Lizeth Proaño
Ilustradora