Ilustrado por: Caro Poe
Gabriela Alfred
La dietista se come sus palabras, una a una. Quién hubiera imaginado que la dietista seguía fielmente las recetas que les daba a sus pacientes, letra por letra; que se había convertido en una muñeca rellena de papel y tinta, poniendo el alma entera en cada una de las recetas que creaba para los demás, a sabiendas que eso mismo terminaría nutriéndola después.
La dietista era requerida en esa ciudad pequeña, pero repleta de comida al paso; las personas la buscaban porque su cuerpo y su tez otorgaban una buena imagen de su oficio y porque tenía una manera tenaz de presentar sus argumentos.
Los pacientes salían de su consultorio no solo con una receta, sino con una idea, la idea de que el mundo entero es comestible si se sabe equilibrar sus componentes. Al final, les decía la dietista, la nutrición es una especie de alquimia, de manejo de elementos, todos estamos hechos de lo mismo y nos nutrimos de lo mismo, en proporciones diferentes. Mi trabajo es calcular esas proporciones para ustedes.
Algunos llegaban a entender esa sutil radicalidad que se encarnaba en la dietista que probaba sus teorías en sí misma, otros simplemente captaban sus palabras anteponiendo el filtro del sentido común, ese que dice que el que menos indaga menos se incomoda o hazte al tonto y serás feliz.
Esos fueron los que más fingieron sorpresa cuando el pueblo se enteró que la querida dietista había muerto por retención fecal, producto de una masa de papel atascada en sus intestinos que había estado tomando forma por temporadas.
Las palabras que tan bien sabían fluir desde la garganta a la boca de la dietista no supieron hacer el camino inverso, se atoraron por rumbo al plexo sacro y la teoría del mundo comestible no logró llegar a los círculos científicos.
Gabriela Alfred
Directora de Redacción
Soy de Bolivia, nací rodeada de montañas y agua dulce. Me licencié en Filosofía y Letras por purito placer y hasta el día de hoy sigo buscando profesionalizarme en saberes inútiles. Escribo porque me hace feliz, leo porque no puedo vivir siempre en mi propia mente. Me gusta tejer, las historias ñoñas de amor, la fiesta y las conversaciones en la madrugada.
Caro Poe
Directora de Diseño
Diseñadora gráfica.
Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.