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Ilustración: Caro Poe

Javier Torres Marruffo

Un salón con varias mesas circulares. Sobre una de ellas yacen algunas botellas verdes, tres personajes con rasgos femeninos están sentados alrededor. Conversan. Su composición es exagerada, voluptuosa y colorida. Unos parlantes colocados en las esquinas del recinto reproducen «Te eché al olvido», interpretado por Tony Rosado. Entra un personaje parecido a los otros tres, pero está desarreglado, desmaquillado y en sus manos lleva una bolsa negra. Jala una silla, se sienta en la misma mesa y empieza a sollozar.  

Diosa: (De su cartera saca una pistola, apunta al personaje que ahora llora). Despierten, hermanas. Las alturas de la abstinencia se llaman memoria, alguien quiere hacer una consulta sobre sus deseos.

Bala: ¿Quieres un ensalmo o una venganza? Los mortales no tienen olvido sino simpleza de espíritu.

Giu: No les hagas caso, tranquila. La envidia vuelve pesada la boca de mis hermanas. ¿De quién quieres saber? Cuéntanos, ver cosas hechas con palabras también calma.

El personaje le susurra al oído 

Giu: No te saldrá barato, mejor pídenos otra cerveza. Te sabes el mito, ¿no? Teseo entra a un inmenso laberinto, mata al Minotauro y se va con Ariadna. Se convierte en un héroe.  Así dicen los ciclos míticos, pero imagínate con las licencias literarias ¿Cuántas personas lo han vuelto a escribir?

Diosa: (Hace girar su pistola en la mesa, le arrebata la cerveza a Bala. Sus brazos rodean el cuerpo del personaje). En alguna de esas versiones Teseo se cansa de matar al Minotauro. En el laberinto hunde el acero de la espada en su propio vientre.  

Bala: El cuerpo del héroe tomó otra forma. Apareció en un departamento, en una habitación. Tiene catorce años y a su costado: una caja. Los bufidos son diminutos, el Minotauro es un pequeño toro negro. Ahora encerrado en una prisión de cartón.

Giu:  Teseo no recuerda sus mitos, pero una sensación lo somete.  Por su lado, el toro sufre alucinaciones y dibuja sobre las paredes de su caja. Hace líneas que intentan ser las siluetas de Ariadna.

Diosa: (Toma la bolsa negra que sostiene el personaje, del interior saca un quepí de policía cubierto de polvo rosa. Se lo coloca).

Bala: Aquella tarde el toro también dibujaba. Sus cascos aferraban pedazos de tiza y el techo de su caja se abrió. Apareció Teseo llorando. Dijo que quería volver. ¿A dónde? Al mito, a Grecia. ¡Aguantando la indignación el toro gritó! ¡Y yo qué puedo hacer! Teseo no soportó, rompió la última mueca de su rostro. Su llanto golpea los contornos del departamento.

Giu: El toro reaccionó, retuvo el instinto como si le hubieran dicho una clave. Tienes que ser un héroe, le dijo. ¿Cómo? Respondió el joven preocupado. El toro sabía que decírselo implicaba despedirse. En los dioses y los humanos el principio es el mismo: una mujer.

El oráculo comienza a vestir al personaje. Sacan las demás partes del uniforme con polvo rosa. Con el mismo polvo lo maquillan y se lo ponen en la nariz para que absorba. Le colocan la boina y lo ponen de pie. Se apaga la luz. 

Javier Torres Marruffo

Javier Torres Marruffo

Autor

Biodata: Bachiller de Artes escénicas y Literatura de la universidad Científica del Sur. Dirige la plataforma cultural Hoguera de las vanidades.

Nacionalidad: peruana

Edad: 28

Caro Poe

Caro Poe

Directora de Diseño

Diseñadora gráfica.

Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.

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