Adiós a Gus Rodríguez

Luis Enrique Sánchez Amaya

Era una mañana de sábado como cualquiera de los años noventa, yo esperaba en pijama con mi plato de cereal favorito que empezara Nintendomanía. Gus Rodríguez saldría en pantalla para hablar de lo más reciente del mundo de los videojuegos de 16, 32 y el innovador -para entonces- procesador gráfico de 64 bits. Estarían, como en cada programa, él y su hijo -que no tenía la mejor de las dicciones, pero le echaba ganas- narrando con singular alegría gameplays, trucos y demás trivia. Cómo hacer fatalities al fin estaba al alcance de mis dedos en un punto de la historia donde el internet estaba en pañales.

Cómo olvidar además la revista Club Nintendo, de la que fue fundador, que era complemento ideal del programa semanal, donde además contábamos con inolvidables posters centrales que decoraron mi habitación. En ese entonces yo no tenía consola, así que era muy útil contar con ambas cosas para saber qué juego valía la pena rentar y no desperdiciar mi única oportunidad semanal para jugar en un local donde rentaban toda clase de consolas.

Algunos días después vería a escondidas Derbez en cuando y me reiría quedito de cuantas historias surreales plagadas de dobles sentidos y juegos de palabras que se me escaparían en su mayoría. Tantos personajes y diálogos que luego se volverían referencias en el recreo. Aún recuerdo crear definiciones chuscas de palabras para hacer reír a mis compañeritos de clase, inspirado en el «Maestro Armando Hoyos». Años más tarde lo mismo pasaría con XHDERBEZ y La familia P. Luche, que es gusto culpable de muchos y que nos ha dado tantas plantillas para memes.

Luego vino la sorpresa al enterarme que el hombre detrás de esos personajes y libretos era ni más ni menos que Gus Rodríguez. Y así en varios programas y películas que definieron mi infancia en los noventa, como Vecinos, la adaptación latina de Ralph el demoledor y hasta Ventaneando.

Hace un par de días lo vi en un video de YouTube jugando billar con Franco Escamilla -a principios de 2019- y también descubrí que él estuvo detrás de los innovadores comerciales de canal 5, hasta en las campañas publicitarias y el logo del Melate. En una charla entre amigos que congeniaron como si llevaran años de conocerse en persona es una gran recopilación de los logros que obtuvo en vida.

Su enorme trayectoria también incluye la adaptación y traducción de numerosas películas como El Grinch, Cazafantasmas (el reboot de 2016), 102 Dálmatas, Pixeles, Hoodwinked! (conocida en México como Buza Caperuza), Donkey Xote, Rápido y fogoso, Las aventuras de Tintín, Una noche en el museo 2 y la saga entera de Shrek. También apareció en cameos en videojuegos como la voz de George Westhouse en Assassin’s Creed: Syndicate, y como director ejecutivo del videojuego Chávez para el SuperNintendo.

En tiempos más recientes volvería como conductor de programas relacionados a los videojuegos y a los eSports de la productora Mindscape Productions, como Power Up! Gamers (2014), Zero Control (2015) y Zero Control (2016 – 2020), así como colaboraciones en el canal de televisión por streaming BitMe.

Este 10 de abril, en plena pandemia, anuncian que ha partido de este mundo este ícono de la cultura pop mexicana a sus 59 años. El niño noventero, hoy chavorruco autoproclamado, que escribe estas palabras a modo de homenaje no puede evitar llorar al ver partir a uno de sus ídolos de la infancia. Al momento de redactar este texto no he encontrado una fuente confiable de la causa de su fallecimiento y sólo puedo concluir, como Gus lo hacía en cada emisión de Nintendomanía: «Estamos en contact».