Ilustrado por: Ixkozauki Hermosillo
Paulo Cañón
Para comenzar este perfil, es importante lanzar una pregunta lo suficientemente grande como para que no pueda responderse en el artículo. Aquí va: ¿Quién es el escritor? Incluso me permitiría añadir otra pregunta para complementar: ¿Qué hace que alguien sea escritor?
A lo largo de la historia, ambas preguntas han tenido respuestas convencionales. Escritor es quien escribe, bien sea libros, poemas, cuentos o ensayos. Y lo que lo hace escritor es, asimismo, que se dedique a escribir. Sin embargo, quisiera hablar de un artista que no solo ha ensanchado estas preguntas, sino que, con su trabajo, continúa agregándoles significado. El personaje en cuestión no podría ser otro que Enrique Vila-Matas.
Desde la primera vez que me topé con un texto de este escritor español, supe que sus libros pertenecían a un orden especial dentro de la literatura. Sus obras, donde podrían destacarse títulos como Suicidios ejemplares (1991), El mal de Montano (2002), Doctor Pasavento (2005) o Dublinesca (2010), más que ficción, son artefactos variopintos en los que las palabras se convierten en salas de espejos, llevando a quien los lee en una travesía al núcleo mismo de lo que significa la literatura, siempre con un ánimo de redefinirla o, más bien, de añadir aristas nuevas a una definición que durante toda la historia ha sido construida incesantemente.
Sus novelas, ensayos y libros de cuentos, ricos en intertextualidad y hechos con un estilo elegante y bien labrado, tratan una serie de temas con complejidad e ironía, reflexionando constantemente sobre los medios y objetivos de la escritura. Tocan aspectos como el abandono de la escritura en Bartleby & Co. (2000), su experiencia como escritor joven que empezaba a elaborar una novela en París no se acaba nunca (2003) o el aburrimiento como motor creativo en la falsa biografía que es Aire de Dylan (2011).
Vila-Matas ha vivido bajo rótulos como el de escritor de metaliteratura o de autoficción. Es, a la manera de Kafka, Borges o Perec, un personaje literario dentro y fuera de su obra. Nutre sus libros con cientos de citas (a veces suyas, a veces de escritores que admira, a veces deformadas, inventadas o mal atribuidas), en busca de un nuevo concepto, de una forma creativa que, al ser inclasificable, muestra al lector que lo importante no son las palabras en sí mismas. Su desafío al lector es el de repensar, invitándolo a entender que en el tema de lo escrito, lo único nuevo son las portadas de los libros, ya que cada texto es, a su vez, un original y un eco de todos los textos que lo antecedieron.
Como dije antes, no creo poder responder aquí quién es el escritor o qué lo hace escritor. Sin embargo, mi opinión personal es que Enrique Vila-Matas es uno de aquellos especímenes raros que hacen repensar estas preguntas. Es un artista de aquellos que no se contentan con hacer tramas y desenlaces, sino que necesitan de algo más, que salte entre un género y otro, que sea difícil de definir y, a su vez, cree un significado nuevo. Sus piezas son capaces de hacer que críticos y académicos se rasquen la cabeza preguntándose qué tienen frente a sus narices.
Enrique Vila-Matas ha sido galardonado con numerosos premios a lo largo de su carrera. Entre los más destacados se encuentra el Premio Rómulo Gallegos en 2001 por su novela El viaje vertical, que explora la vejez y la soledad. En 2014, recibió el Premio Formentor de las Letras, mientras que en 2015 fue seleccionado para el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
Otros reconocimientos notables incluyen el Premio de la Crítica en 1986 y el Premio Herralde en 2002 por El mal de Montano.
Pocos narradores han hecho un esfuerzo tan honesto para crear avances en las formas actuales de la ficción; y más pocos aún han sido quienes realmente podrían presumir de haberlo conseguido. Por eso creo que, al formar parte de ambos grupos y siendo un completo innovador de la estilística contemporánea, Enrique Vila-Matas tiene todo para alcanzar el mérito del Premio Nobel de Literatura.
Algunas obras:
- Bartleby & Co. (2000)
- El mal de Montano (2002)
- Doctor Pasavento (2005)
- Mac y su contratiempo (2017)
- El viaje vertical (1999)
Vila-Matas en sus propias palabras
- “Escribir es construir una casa dentro de otra casa que ya está ardiendo.” — Mac y su contratiempo
- “El verdadero arte de escribir consiste en desaparecer detrás de lo escrito.” — Doctor Pasavento
- “Leer es una forma de disolverse en otros, de irse perdiendo, un ejercicio para perder el ego.” — El mal de Montano
- “No hay mayor tristeza que la de un escritor que ha dejado de escribir.” — Bartleby & Co.
- “Los libros, en el fondo, son la única patria de los que no tienen otra.” — El viaje vertical
- “La realidad es la excusa perfecta para evitar lo verdaderamente importante: la ficción.” — Kassel no invita a la lógica
- “El destino de un escritor no es llegar a un puerto, sino seguir navegando.” — Marienbad eléctrico
- “La literatura es una enfermedad incurable. Cuanto más se lee, más enfermo se está.” — El mal de Montano
Fuentes:
https://elpais.com/cultura/2015/09/07/actualidad/1441647101_456082.
htmlhttps://www.clarin.com/sociedad/espanol-enrique-vila-matas-gano-premio-romulo-gallegos_0_Bkyx22wxAYg.html
Paulo Augusto Cañón Clavijo
Redactor
Colombiano, periodista y lector de tiempo completo. Escribo para encontrarme. Apasionado del fútbol, la música, los elefantes, las mandarinas y los asados.
Ixkozauki Hermosillo
Director de Edición
(Guadalajara, 1996)
Experto en garabatos, poeta, aventurero, ladrón de momentos, fotógrafo aficionado, músico en paro y cocinero de ocasión. Ganador del concurso Creadores literarios FIL Joven 2012 y coautor de la antología La voz de los pasos (Mano Armada, 2018).