Tomás Emilio Sánchez Valdés
a mi Brujita
País que todo lo tolera
hasta lo intolerable,
incluso la intolerancia.
Más lejano que sus labios de mi boca es un alfajor.
Diez pesos un evangelio, dos dólares seis libros,
es tan barata el alma y tan difícil abrirla,
el film de lo nuevo me enreda
las manos
el cuello
el bolsillo
por eso todo lo compro usado.
Ya los argentinos no esperamos que baje Cristo,
sino que baje el morrón.
¡Santa Madre! ¡Pero qué horror!
Tomás Emilio Sánchez Valdés
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