Ilustrado por: Elienai Lucero
Editado por: Eréndira Cuevas
Elienai Lucero Hernández
«La otra cuadra es un poco lo mismo
Ciudad exponencialmente pesada
¿Será que sólo soy placer gratuito
Un anaquel abastecido
«Mire a ver si algo le agrada»?
¿Será que en esta curva de cadera
Mi vida corre peligro
Más que en la de carretera?»
4:30 pm
Mientras limpiaba mi cara, me pregunté si podría realmente irme sola o regresarme sola en un sistema de transporte que no entiendo y al que no me he podido acostumbrar, no tengo buen sentido de la ubicación así que me mentalicé en caso de que me perdiera un poco. Hice también mi lista de contactos de emergencia, mi tipo de sangre e instrucciones de qué hacer si me daba un colapso, mientras escribí la última palabra detrás de mi gafete, pensé «por si los policías, por si algo, porque Jalisco» y en el fondo me sentía protegida.
5:27
Tuve que caminar mucho, al final el camión no supo decirme qué ruta iba a tomar y no me quise arriesgar. «Hay un buen de viejas» fue el comentario del chofer, mi respuesta se quedó en el aire y se convirtió en una mirada que lo hizo decir «no, si mi hija también anda allá… marcha de mujeres, digo», pensé «¿por qué, Jalisco?»
6:46
Al fin pude llegar. Estaba nerviosa, pero en cuanto alcancé al contingente mixto, algo me pudo y cambió en mí, se me partió el corazón cuando vi los carteles con las fotos de las desaparecidas, de los abusadores, y las ganas que, a pesar de todo, tenían de gritar y pedir justicia. «Existo porque resisto».
Saqué todas las fotos que pude de las desaparecidas y los desaparecidos. No fueron muchas, no nos alcanzan las letras, la memoria del móvil. Mi país sangra, se desmorona… ¿Por qué?, Jalisco.
Tener a un ser amado desparecido es como estar muerto en vida. Un cartel decía «Callada no me veo», otro decía «somos las voces de las que ya no están», «no te preocupes, yo represento a las tuyas». Fotos y fotos de abusadores… un día tal vez, podrá estar ese nombre que muchas todavía no nos atrevemos a decir.
No se trata de romper, «no es un desfile, es protesta», ¿es necesario que se rompan cosas para que sean vistas? Uno de los temores más grandes de la gente es la policía, muchas veces han intentado intimidarme, me pregunto cuántas de mis compañeras, o si quizá yo, estaré realizando mi última crónica y si al otro día sería un caso más de feminicidio en la prensa, una cifra o una persona. No quiero ni pensar en los riesgos que corren las demás, las mías, las nuestras.
7:35 pm
Por azares de la vida, nuevamente me tocó la marcha en Guadalajara. Siempre dije que aunque nací mexiquense y fui chilanga, por alguna razón, mi corazón es tapatío, pero al ver tantas desapariciones me pregunté si es una buena idea tomar el transporte público en Guadalajara.
Aún había gente, muchas chicas de la marcha; sin embargo, pensaba en mi bajada, recordaba cuando vivía en el Estado de México y teníamos que rodearlo todo para pasar donde sí había luz, cuando mi hermana y yo nos cruzamos de calle si hay uno o más hombres parados en la banqueta. «Hoy estoy aquí para que mi mamá no se preocupe cuando salgo». Ni Guadalajara, ni México, ni ningún país, es apto para las mujeres.
«Mi madre me decía “Ten cuidado”
Mejor no andar de noche por las calles
Y fíjate muy bien que cualquier trago que te tomes
Te lo sirvan cuando estés ahí delante
A mis hermanos no sé qué les dijo
No sé si le mortifique
Que alguna mujer los mate
Ay, Querida Muerte
No, no vengas hoy…”»
Considero que lo mejor que tengo para gritar son mis palabras, los pasos que di, las entrevistas que hice, sin embargo, ya son las 9:32 de la noche y por más que lo pensé, sé que no existe diccionario, idioma, lengua o lenguaje, que alcance a medir todo lo que se ve a través de los ojos de una mujer, asista o no a la marcha.
Si un día mis palabras ya no existen, ni mis dibujos, mis chistes, o mi voz desaparece, búsquenme aquí, en lo poco que puedo hacer para sensibilizar las causas sociales, búsquenme hacia donde está mi mirada, porque casi puedo jurar que esos gritos hacían eco en el cielo. No, no estamos solas.
Elienai Lucero Hernández
Directora de Multimedia
Me llamo Elienai Lucero Hernández, me llaman Elienai, Lluvia, Kumy, Niennai, Nai, Nani, a veces soy Lúth L. L. H. En casi todas mis versiones soy aficionada de la literatura, la loca de los cuadernos, dibujos y misionera de la revista Katabasis ¿Ya leíste todos los números? ...deberías.
Eréndira Cuevas
Directora de Investigación Cultural
Originaria de la tierra madre del caos y la inseguridad, mejor conocida como Ciudad de México. Cursó la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la UNAM. Es periodista por vocación, y también por necedad, y está convencida de que el arte es una herramienta poderosa contra muchos de los males del hombre.