Librero de juguetes

Adrian Fuentes

Librero de juguetes. Reflexiones sobre la Literatura Infantil.

¿Qué es la Literatura Infantil?

Por lo general, las personas solemos tener una definición fija del término Literatura Infanti; palabras más, palabras menos, consideramos como Literatura Infantil a aquellos libros que han sido publicados para los niños; y esta aseveración se mantiene fija hasta el momento en el que se pretende estudiar de manera más profunda este géner. Es aquí donde comienza a surgir una serie de preguntas que no habíamos considerado anteriormente. ¿Qué es un niño? ¿Hasta qué edad se considera a una persona un niño? ¿Sólo los niños pueden leer Literatura Infantil o un niño puede leer algún texto que no corresponda al género infantil? ¿Todos los temas son permitidos en la Literatura Infantil? ¿Qué sucede con los libros infantiles que no llevan texto o con los que se dedican a alguna enseñanza?, ¿también son considerados Literatura Infantil? Entre muchas otras preguntas.

            Es entonces cuando caemos en la cuenta de que la definición es más complicada de lo que en un inicio habíamos creído y que es pertinente atender a los cuestionamientos surgidos de todas estas dudas genuinas.

De acuerdo con un mediano consenso entre los expertos, se puede entender como Literatura Infantil a diferentes manifestaciones literarias y de expresión escrita, a saber:

• • Se puede considerar Literatura Infantil a toda aquella literatura cuyos personajes son niños, pero que no está dirigida específicamente al público infantil. En este caso, los personajes infantiles pueden ser los protagonistas, ya sea total («El señor de las moscas») o parcialmente («Los Miserables»); o pueden ser secundarios («Otra vuelta de tuerca») o incidentales («Historia de dos ciudades»).
  • Literatura Infantil también puede denominarse a aquellas manifestaciones de expresión escrita realizadas por niños; ya sea de manera lúdica, a modo de terapia (terapia del arte) o con pretensiones artísticas. En este último caso, pueden o no estar dirigidas  a un público infantil.
  • Por otro lado, también se le reconoce como Literatura Infantil a aquellas obras que, de origen estuvieron dirigidas a todo público sin ningún tipo de especificación de edad, pero que, con el tiempo, los lectores infantiles se apropiaron de ellos (mitos y leyendas, clásicos juveniles y de aventuras, cuentos de hadas tradicionales, etc.)
  • Finalmente, consideramos al mayor grupo y el más oficial de Literatura Infantil, a las obras que desde su planificación, fueron publicadas para estar dirigidas a un público infantil; es decir, dependiendo de sus distintos rangos de edad, obras dirigidas a personas que oscilen en un rango de edad entre los 0 a los 12 años.

Por lo tanto, aquello que concretamente conocemos como Literatura Infantil o literatura para niños (y el campo que explorará esta colección de artículos), abarca los dos últimos tipos y algunos casos excepcionales del segundo tipo.

Y es que más allá de la existencia de niños que pueden leer con naturalidad las obras propias del primer tipo o incluso literatura que ni siquiera cuenta con niños entre sus personajes, la Literatura Infantil, con fines del análisis del género, únicamente será aquella que, o la infancia ha adoptado históricamente como propia o que, de origen, fue escrita para este público.

En este sentido, a partir de lo comprendido en las obras de Marinés Medero y Ana Garralón[1], definir la literatura para niños conlleva no sólo la relación entre la intención del autor y la elección de los lectores, sino este proceso a lo largo de la historia; en otras palabras, el estudio de la Literatura Infantil, preciso y sesudo (definición, autores, obras, origen, trascendencia, teoría, etc.) obliga al estudio de la Historia de la Literatura Infantil; de lo contrario, todo este estudio se estamparía contra fronteras difusas o indefinibles.

De esta forma, si bien, como lo asegura Antonio Ventura en su prólogo a la «Historia portátil de la Literatura Infantil» de Ana Garralón, cada quien decodifica el adjetivo «infantil» como quiera, es a partir de los parámetros arriba listados que la libertad del «como quiera» alcanza su rigor académico.

Ahora bien, como se puede entender, existe un amplio hueco de definición que dejó el difuso rango de edad ofrecido anteriormente, y dado que una respuesta siempre generará más preguntas (¿de 0 a 12 años hay más divisiones? ¿Qué pasa con el público que es menor de edad y que es mayor de los 12 años?), en nuestras próximas entregas analizaremos la diferencia entre Literatura Infantil y Literatura Juvenil y los rangos de edad de cada público.

[1] Medero, M. Volvamos a la palabra. SEP/LIMUSA. México, 1994.

Garralón, A. Historia portátil de la Literatura Infantil. SEP/Alianza Editorial Mexicana. México, 2004.