Ilustrado por: Maricielo
Yuli Cruz Lezcano
De arena a arena
entre las dos un confín
más absurdo que el vacío.
Entre las dunas
el horizonte se esconde
y cierra los ojos,
no quiere ver el desierto.
Montes de plomo y de ceniza,
el mundo es un calderón de huesos,
fuente de muerte anónima
que no sabe llorar por lo que se pierde.
Nadie elige su muerte
la muerte saca las sombras de los fangos
para divertir la tristeza de los cuerpos.
Quien está vivo piensa de estar muerto,
hay soledad en el hogar,
hay soledad entre las gentes
que llevan y traen las reliquias
de las vocales escolares
y de la fresca inocencia.
Hay soledad entre los hombres que piensan
de ser ángeles que lloran
las almas apagadas de los objetos.
Y se llora en el funeral
de una entera familia de objetos,
simplemente el corazón se queda pegado
a la virulencia inerte del efecto cosmético
que sirve solo para construir apariencias.
Y ya ves, el dinero paga
el traje que cubre las simultáneas sonrisas
del cigarro permanente
de los vendedores de humo
que fuman por el día de la muerte.
Y ya ves, el dinero paga
la sopa de los filósofos de convento
que duermen la humanidad con el cuento
de nutrir el sentimiento
de todo aquello que puede comprarse
mientras se festeja el funeral
de lo que no tiene precio.
Yuleisy Cruz Lezcano.
Autora
Nació en la isla de Cuba el 13 marzo de 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa emigró en Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió el titulo en “Ciencias enfermeristicas y obstetricia” consiguió, además, un segundo título en “Ciencias biológicas”. Trabaja en la salud pública.
En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas, poesías, relatos, a la pintura y a la escultura.