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Ilustración: Caro Poe

María Alejandra Luna

Marzo. Hay una consigna que aparece los primeros días del mes. En Argentina, es la sexta edición. ¿De qué? Del paro y la movilización que se convoca el 8 de marzo. ¿Por qué? Porque todavía nos pesa estar delimitades y perjudicades por la feminidad. Del Congreso a la Plaza de Mayo, al menos por un día, nos sentimos acompañades y a salvo.

Las marchas son refugio activo de angustias, miedos y protestas colectivas. Pero marchar no es la única manera de hacer activismo. También existe el arte. El arte que suspende toda forma de soledad, especialmente la soledad de que esa hostilidad va a terminar sofocándote. Hay pinturas, danzas y escenas que te dicen: No estás solx, hermanx. Y hay poemas.

Poemas que parecen simplemente narrar una historia de amor no correspondido o de amor torcido, pero que en realidad están poniendo en jaque algunos mandatos que caen estrepitosamente sobre nosotres: la heteronorma, la monogamia, la convivencia en pareja y hasta las formas de expresarnos. Hay poemas que parecen relato individual, pero que son una alternativa para grupos que se cuestionan muchas prácticas «normales».

Casa para tres, de Hada Quelarre (quien es directora de Ojo Negro Editorial), elige un gran punto de partida: hay tres mujeres que conviven, dos de ellas son amigas, dos de ellas son pareja. La voz lírica, que es casi una narradora, dice que un beso traidor destruyó su amistad. En una situación de juego, la amiga la invitó a besarse con su novia y ella accedió para que no se diera cuenta de que la amaba.

Sí. Hay triángulo amoroso. La Narradora está enamorada de su amiga. La Amiga tiene una relación abierta. La Novia manipula los hechos y da a entender que la Narradora tiene interés en ella, cuando en realidad gusta solo de la Amiga y quiso complacerla, sumarse a su propuesta, empaparse del camuflaje que le ofrece esa relación abierta porque no quiere que se enteren.

Hay poemas que dulcemente describen el dolor y la soledad de la Narradora después de la pelea o que rememoran sus primeras experiencias lésbicas o que dan cuenta de cuánto lleva amando en silencio porque se interpone la posibilidad de que la amistad cese. Y cesa en unas condiciones injustas e hirientes, peores a las imaginarias, a las que les lectores suponen que habrían pasado por esa cabeza que no tenía ganas de confesarse gustante.

Hay poemas que cruelmente detallan la ruptura, el enojo y el desconsuelo. No se privan de usar insultos o frases que cristalicen el miedo ante la cólera ajena de una Amiga que cree las mentiras de la Novia y recurre a las ausencias para deshacer la casa. Casa no es casa, si le faltan algunos platos o los indicios de que hay un ser querido viviendo con une. Casa ya no es casa, si el barrio lo escogió la que se va a mudar. Casa ya no es casa, si habitan los resabios de la pelea.

Además de batallar con los sentimientos hasta por fin despojarlos de su intensidad y de su identidad (se pone en duda el enamoramiento), hay que buscar a nuevas compañeras de vivienda. Mantener un hábitat a solas, siendo mujer, es difícil. Une lectore alerta y con afán de interpretar puede inventar en este texto una brecha salarial que en la vida real es un problema real y complicar más a las personajas, a la Narradora, cuyas candidatas no duran.

En la poesía la gracia no está tanto en el argumento, sino en las tramas, las formas, los desafíos lingüísticos, los retos semánticos y el estímulo a la visión. De todos modos, me reservo el final de este poemario novelado o novela poemada para que lo descubran en esta aventura llamada «leer a mujeres cis, trans, identidades no binarias y disidencias» ya que comparten una visión de los vínculos, el ser y el lazo con el mundo que desentonan y gritan por salirse de los moldes que hay.

María Alejandra Luna

María Alejandra Luna

Subdirectora General / Directora de Redes Sociales

Buenos Aires le dio el soplido de vida a mi existencia. De origen hebreo, mi primer nombre. La Antigua Grecia me dio el segundo. La Luna alumbró mi apellido. Escritora de afición, lectora de profesión, promotora de poesía y de los márgenes de la cultura. Dicen que soy quisquillosa con las palabras, que genero discursos precisos y que sobreanalizo los discursos ajenos. Y todo esto se corresponde conmigo. Pueden ser tan expresivos los textos que escribo como los gestos que emito al hablar. Y esos rasgos trato de plasmarlos en los ámbitos donde me desarrollo, como las Redes Sociales.

Caro Poe

Caro Poe

Directora de Diseño

Diseñadora gráfica.

Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.

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