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Ilustración: Lizeth Proaño

María Alejandra Luna

Nuevamente Argentina es noticia por «primerear» a toda la región en materia de Derechos Humanos. ¿Qué pasó ahora? Una hermosa consecuencia y ampliación de la Ley de Identidad de Género (vigente desde 2012). Ahora, quienes no se identifiquen con los sexos binarios -femenino y masculino- podrán solicitar que en su documento nacional de identidad (DNI) se indique, en cambio, una X. Esa X abarca las identidades de género que esas dos categorías añejas excluyen: no binario, género fluido y toda la gama de posibilidades que habilita la autopercepción.

Grandiosamente, la Ley N° 26.743 establece: «Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales».

Además, ya contemplaba la rectificación registral del sexo, el nombre y la imagen en el documento de identidad, pero eso mantenía el binarismo que esta novedad, por el contrario, empieza a demoler. ¿Eso significa que todo el camino está desandado? Para nada. Persisten algunas cuestiones. ¿Es importante la identificación a través del género? ¿Es equivalente que haya una sola X por todas las identidades de género que exceden lo masculino y lo femenino contra dos instancias, M y F, para esto último? Hay fundamentos, claro está. El DNI es un documento de viaje, entre otras funciones, y la X es reconocible por los sistemas en varios países. No es una mala decisión, también remite a la opción de sustituir el genérico plural masculino -todos- por una alternativa flexión morfológica en «x» -todxs-.

De cualquier modo, es un gran paso. Hay formularios que proponen la significativa categoría «Otro» para quienes no se incluyan dentro de «Masculino» o «Femenino». Digo que es significativa porque se incorpora en una dinámica histórica llamativa: en vez de seguir negando su existencia, les reconoce como les otres que quedan al margen de la comunidad deseable y normativa. X no subsana las connotaciones de esa dinámica, pero muestra que hay una vía más. Anima a pensar en más y más vías que le huyan, que pretendan huirle a la «otrorización». ¿La vía definitiva es abolir los géneros? Yo creo que sí y creo también que no estamos listes para esa conversación.

María Alejandra Luna

María Alejandra Luna

Subdirectora General / Directora de Redes Sociales

Buenos Aires le dio el soplido de vida a mi existencia. De origen hebreo, mi primer nombre. La Antigua Grecia me dio el segundo. La Luna alumbró mi apellido. Escritora de afición, lectora de profesión, promotora de poesía y de los márgenes de la cultura. Dicen que soy quisquillosa con las palabras, que genero discursos precisos y que sobreanalizo los discursos ajenos. Y todo esto se corresponde conmigo. Pueden ser tan expresivos los textos que escribo como los gestos que emito al hablar. Y esos rasgos trato de plasmarlos en los ámbitos donde me desarrollo, como las Redes Sociales.

Lizeth Proaño

Lizeth Proaño

Ilustradora

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