Juan Rey
No es lo que los hombres son lo que me interesa, sino lo que pueden llegar a ser
Quizá hoy en día el objetivo no es descubrir lo que somos sino rechazarlo
¿Cómo puede el cuerdo llegar a saber lo que realmente se sienta cuándo se está loco?
Es el cuerpo sin órganos esquizoide quien irradia transfiguración. Descomposición vital enlazada a la materia para fabricarse singular. Desorganizar la conceptualización, los objetos y las fuerzas con estrategia de fluctuar indistinto. Desbaratar no para auto-inmolarse, sino para liberarse de la sobrecodificación. El esquizofrénico es el productor universal. Aquí no es posible distinguir entre el producir y su producto. El objeto producido se lleva su aquí en un nuevo producir (Deleuze y Guattari, 1985, pág. 16).
El corpus inorgánico esquizoide trabaja en lo inútil, lo desechable a la ordenanza. No es una entidad irrecuperable, ni tampoco una obra divinizada. Es la producción cuasi-concretada por multiplicidad. Nulifica el significado, pues se desplaza en lo sintomático. No apela a la extinción de la anatomía, pero sí a una emanación implacable del acontecer por voluntad o deseo. Más que osamenta, es un derrame desproporcionado in-compatible. El cuerpo sin órganos no es el testimonio de una nada original, como tampoco es el resto de una totalidad perdida. Sobre todo, no es una proyección; no tiene nada que ver con el cuerpo propio, o con una imagen del cuerpo. Es el cuerpo sin imágenes (Deleuze y Guattari, 1985, pág. 17).
El sistema, la sociedad, la entidad, etcétera., calibran toda fisiología concedida. Por lo que el incorporal esquizoide se implementa de aparatos por los que incluso pone en riesgo su escarceo pero en pro del aprovechamiento de las extensiones, los nutrimientos de las líneas, la artística manufactura de las equimosis: La proyección no interviene más que de forma secundaria, lo mismo que la contracatexis, en la medida en que el cuerpo sin órganos carga con un contra-interior o un contra-exterior, bajo la forma de un órgano perseguidor o de un agente exterior de persecución (Deleuze y Guattari, 1985, pág. 18).
El absurdo es el movimiento-acontecimiento del esquizo que requiere su proceso-procedimiento. Un dispositivo innovador de ímpetus irreconocibles y aún por confeccionarse. No es cuestión de razonar si es conveniente o no producirlo; es asunto de un engranaje osado-circunspecto para inventarlo y que convenga al individuo. Dependerá de lo que sea capaz de idear, tanto para ser como para dejar de ser. «El cuerpo sin órganos no es Dios, sino todo lo contrario, sin embargo, es divina la energía que le recorre, cuando atrae a toda la producción y le sirve de superficie encantada y milagrosa, inscribiéndola en todas sus disyunciones» (Deleuze y Guattari, 1985, pág. 21).
La rebelión somática vesania recurre a un anarquismo fisiológico neurálgico que impulsa lo insólito. Manteniéndose activo-pasivo a la incrustación o adquisición de bríos en tropismo, circundando lo finito y/o imperecedero. El esquizo dispone de modos de señalización propios, ya que dispone en primer lugar de un código de registro particular que no coincide con el código social o que sólo coincide para parodiarlo. El código delirante, o deseante, presenta una extraordinaria fluidez (Deleuze y Guattari, 1985, pág. 23).
Eclosionar demoledor del pensamiento, del organismo, de la costumbre, de los confines estrictos en sus delineamientos. El incorporal esquizoide no ambiciona la guerra perenne, sino desplegarse como dinamo, inmerso cual alienígena en lo humano, en el espíritu y el cosmos. Aborigen de lo ya dado y anti-prototipo de lo aún no concebido. Espécimen distribuidor de un erotismo inaudito para la compaginación de entidades antitéticas. Nunca tiranizar sino manifestar lo improbable, lo inverosímil, lo insoportable que engranaje de la vida.
Bibliografía:
Deleuze, G. y Guattari, F. (1985). El anti Edipo. España: Paidós.
Juan Rey
Autor
Ensayista, cuentista, poeta. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M), campus Ciudad Universitaria. Ha tomado cursos de redacción autobiográfica en la Casa Universitaria del Libro. Alumno de la escritora Rosa Nissan; también, en talleres de Redacción y Literatura Creativa en el Museo del Escritor. Narrador, guionista y coplista para distintos semanarios de la red.
Arturo Cervantes
Ilustrador
Una oscura noche de verano, el abismo abrió su boca infernal, dejando escapar un ser etéreo y terrible, que devoraría todo a su paso con su furia. Eternamente manchado de acuarelas y las almas de los incautos que obtienen lo que desean, se mueve por el mundo deslizándose por entre las cerraduras. También me gustan los gatitos y el té.