Alma Rocío Santiago Flores
Autora: Patricia Laurent Kubillick
Novela
México, Tusquets/ UANL, 2015, 131 pp.
La Giganta, una novela escrita por Patricia Laurent Kullick, refleja la desesperación y la desolación de una mujer indígena que se enamora de un francés, Etienne, con quien tiene diez hijos. Esta novela nos muestra una constante lucha de la Giganta por querer suicidarse y asesinar a sus vástagos, pero antes tiene que deshacerse de los piojos con DDT.
« […] Esta sería la noche perfecta para el arsénico, pero primero debemos conseguir un DDT para despiojarnos: imagínate a los bichos saliendo en pleno funeral. Qué vergüenza. » (Laurent 13)
Los piojos, el DDT, el suicidio, el envenenamiento son los temas que giran en torno a la novela. Es una historia contada desde la mirada de su hija, una pequeña de once años que nos muestra el comportamiento del padre, de la madre y de sus hermanos. Y es con el adjetivo de giganta con el que la narradora, desde una mirada inocente, hace referencia a su madre, la mujer con piernas místicas y un culo hermoso.
De manera que, en la novela podemos observar que la Giganta es la muestra de una madre atípica, una mujer que sale del canon o del estereotipo de la madre mexicana: la madre abnegada, cuidadosa, protectora, que hace todo lo posible para que sus hijos sufran lo menos posible en un mundo cruel.
En la novela, veremos que la Giganta, rompe con los estereotipos de la mujer atenta, abnegada y amorosa, pues no defendía a sus hijos. Por ejemplo a Alberto, a quien prefirió sacrificar por orinarse en la cama, mandándolo con el pervertido de su abuelo antes que defenderlo de los golpes de Etienne. O, que ella satisfacía sus deseos sexuales a falta del marido.
Respecto al personaje principal la autora dice en una entrevista del periódico La jornada que:
« Mi intención con este personaje femenino fue quitar la idea de la mujer mexicana sumisa y mostrar una más fuerte que vive su sexualidad a plenitud, además de que acepta su parte infantil, su fragmentación y pertenencia. »
La Giganta, pienso, es una mujer que le teme a la vida y está harta de ella, aun así, trata de buscar el sustento y dejar de sufrir con la ayuda del tequila. Ella es la representación de la perra Yini que tuvo a sus cachorritos y que impávida veía cómo eran ahogados en una tina. Sin tener la fuerza suficiente para hacer algo. Pero a diferencia de Yini, la Giganta a lo largo de la historia va evolucionando, su actuar ya no es tan aberrante, la comenzamos a comprender. Sus instintos la ayudan a sobrevivir y muy en el fondo nos muestra a una mujer que no sabe cómo ayudar a sus hijos para que no padezcan tantas vicisitudes que trae la vida.
En la sociedad la mujer es el símbolo de la familia, pero la sociedad se ha ensañado con ella. ¿Por qué a los hombres no se les juzga por su libertinaje? Con Etienne, no sentimos tanta aberración por lo desobligado que es al dejar a su familia en París y, después, dejar a la que tiene con la Giganta. Contraste con la Giganta, que cuando uno comienza a leer esta historia, uno se siente extraviado, extraño, podría llegarse a pensar ¡Qué barbaridad de mujer! ¿Cómo es posible que una madre sea tan desnaturalizada? El pensamiento anterior se entiende, porque vivimos en un mundo patriarcal, aunque la autora de la novela diga que en realidad vivimos en un matriarcado.
El personaje de la giganta tiene una fuerza y presencia que rompe con todos esos convencionalismos y normas, no es esa mujer dedicada y ama del hogar que se desvive por sus hijos y por el marido, sino que se desvive por su propia ausencia, su angustia, su soledad.
En la mitología medieval el gigante es un personaje cargado de significado es un ser monstruoso, con fuerza sobre natural, temido por la humanidad y destruido por un héroe. Ahora, si hacemos una relación con la novela podemos observar que nuestra giganta es vencida por los héroes que son sus hijos, pues son ellos su motor para seguir viva.
« Ya pasaron varios días desde que se marchó Etienne y tú no has vuelto. […] Entonces, mi corazón hace muchas cabriolas que lo sacan fuera de su ritmo: escucho tu voz que viene de afuera. Me pides ayuda porque vienes con las bolsas cargadas de alimentos. Yo corro Giganta, a recibirte en la acera mientras tú esbozas para mí, la más amada de las sonrisas. » (Laurent 131)
La Giganta es una novela que vale la pena ser leída en estos tiempos, en donde nos estamos resignificando como mujeres y donde nos sabemos tejedoras de nuestro destino.
Bibliografía citada:
Laurent, Patricia. La giganta. México: Tusquets. 2015. Impreso.
Rodríguez, Ana. Intenta narradora desmontar “la idea de la mujer mexicana sumisa”. La jornada. 31 (2015). https://lajornadasanluis.com.mx/cultura/intenta-narradora-desmontar-la-idea-de-la-mujer-mexicana-sumisa/. Web. 15 abril 2020.