Algunos apuntes sobre el origen del cine

Majenda Aliaga

Cine, apócope de cinematógrafo, es una voz de origen griego, cine kine que significa movimiento, grafos graphein que significa grabar o escribir…

El cine es magia, y para que haya magia debes creer, al menos eso es lo que pide Ende en su Escuela de magia… creer en todo lo que ocurre frente a nuestros ojos, en estas imágenes que se proyectan y nos van contando algo, por ello el cine podría tener una cierta correspondencia con la literatura pues ambos van sobre contar una historia o al menos tratar de hacerlo.

Algunos creen que el origen del cine, como medio para relatar historias, se debía a Marie Georges Jean Méliès, que fue quien vio todas las posibilidades que podría tener este invento, él aplicó técnicas novedosas y desarrolló la idea de un discurso narrativo, de que el cine se trata de crear toda una ilusión y por medio de ello contar una historia, de que el cinematógrafo podría y era algo más que un acto de circo; en 1895 él asiste a al estreno de una de las películas que los hermanos Lumiere, a la sazón sus creadores; tras ello decide dedicarse a producir películas y cámara en mano se aboca a ello, a él se le debe la primera película de ciencia ficción que se recuerda, muy memorable por cierto, Viaje a la Luna o Le Voyage dans la Lune, la misma fue realizada basándose en dos libros: De la Tierra a la Luna de Julio Verne y Los primeros hombre-s en La Luna de H. G. Wells.

Otros creen que el cine, como tal, tendría origen en los ya mencionados Hermanos Lumiere, los dos franceses que inventaron el cinematógrafo, el aparato en el que se emiten imágenes recreando la ilusión del movimiento, cuya presentación al público se hizo en el Grand café del Boulevard des Capucines de París el 28 de diciembre de 1895 en la que proyectaron diversos cortos sin sonidos en una pantalla, en la misma pasaron la que es considerada la primera película de la historia: La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (Salida de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir), un secuencia de 46 segundos que graba a los obreros a la salida de la fábrica y L’arrivée d’un train à La Ciotat (Llegada del tren a la estación), que tal como su nombre lo indica es la filmación de la llegada de un tren, iniciaba con un plano del tren hacia la cámara que daba la impresión de dirigirse hacia la platea lo que hizo que varios asistentes al verlo huyesen despavoridos pues creyeron este saldría de la pantalla.

Y en cuanto a sus antecedentes algunos consideran al Kinetoscopio o Cinetoscopio, un dispositivo de madera creado en 1880 por Thomas Alva Edinson y Willian Dickinson sería su precursor, ello porque este creaba la ilusión de movimiento a partir de la visión de una serie de fotografías secuenciales emitidas frente a una lámpara eléctrica y por debajo de un cristal que las amplificaba. Por cierto, este aparato también contaba con una versión sonora siendo un adelanto para la época que no tuvo mucho éxito en su tiempo.

Un poco antes en 1872, Leland Stanford contrata al fotógrafo Eadweard Muybridge para que demuestre por medio de fotografías si en algún instante los caballos al galope levantaban los cuatro pies del suelo, aplicando para ello la cronofotografía, es decir tomó una serie de fotografías secuenciales y captó el momento exacto en que ello ocurría, probando con ello que Leland tenía razón, esas imágenes luego las colocó en un zoótropo que cuando giraba daba la impresión de un objeto animado.

En 1829 Simon von Stampfer crea un aparato llamado el Estroboscopio que permitía visualizar una serie de dibujos visto por una ranura que daban la idea de movimiento.

Y podríamos seguir yendo retrocediendo en el tiempo y llegaríamos a diversos instantes en que el ser humano ha querido recrear la idea de movimiento y nos toparíamos con La arandela de Laugerie Basse con una antigüedad de 12 000 años, la misma estaría emparentada con el Taumátropo, aquél invento de 1824 que consiste en un disco con imágenes en ambas caras y que al ser girados a velocidad generan una ilusión óptica, la arandela es un disco hecho a base de un hueso y que tiene la imagen de un animal con las patas extendidas por un lado y otro con las patas encogidas, al girarse generan la idea de movimiento, siendo todo un adelanto y una curiosidad muy particular, porque este, las imágenes del bisonte con ocho patas encontradas en las cuevas de Chauvet y los dibujos de una cabra montesa con dos movimientos de cabeza en una descomposición del movimiento halladas en los exteriores de esta cueva, dejarían constancia que tanto el hombre actual como el homo sapiens sapiens que habitaba en las cavernas tenían un interés en común, una búsqueda de la representación del movimiento, de tratar de recrear lo que ocurre en su alrededor y la intención de contar una historia por medio de imágenes para que sea apreciada por otros y por sí mismo.