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Ilustrado por: Caro Poe

Xavier Manasés Torrealba

Hace algunos meses comencé el curso de literatura inglesa, y a estas alturas eso de las novelas de terror, los vampiros y los hombres lobos, me tienen enervado pero la profesora parece obsesionada con esos temas. Entré a esta clase con la intención de estudiar literatura romántica, aun cuando no tenía la menor idea de lo que se trataba, solo por complacer a Adelina quien decía: «entre más conozcas, más vivirá tu letra». Por eso, siempre escribo y leo todo tipo de cosas… ¡para recordarla!

―Tienen que crear un cuento donde aparezcan personajes inmortales, con una historia coherente, por favor ―dijo la profesora Wendy.

A Wendy no le gusta nada de lo que escribo, dice que mis escritos no tienen sentido, que no dejo salir mis sentimientos y son faltos de emoción.

Cuando llegó el momento de mostrarle los adelantos del cuento a Wendy lo primero que observó fue el nombre de Adelina.

―Scotti, ¿por qué siempre colocas el nombre de Adelina en tus textos? ―me preguntó indiscretamente.

―Es alguien muy importante para mí ―respondí de manera sigilosa a su cuestionamiento.

―Debes mejorarlo. Recuerda: para que tu personaje sea inmortal debe convertirse en vampiro, un hombre lobo o algo parecido, justificado en las características de tus personajes.

Pasaron algunos días y le mostré de nuevo el cuento. Esta vez suspiró hondamente al tomar mi escrito.

―Tiene muchos errores de sintaxis, debes corregir los tiempos verbales, un inmortal vive en presente, y, nuevamente escribiste Adelina ―enfatizó tratando de ser paciente al corregir mi obra.

―Lo que pasa es que Adelina es alguien muy especial para mí ―le dije en tono melancólico.

―No está mal que le coloques Adelina a tu cuento, el problema es que todos los personajes principales en tus historias tienen ese nombre.

―Adelina fue una persona que quise mucho ―le expresé tristemente mientras me observaba compasiva.

―Disculpa la pregunta… ¿ella dónde está?

―Murió.

La expresión de Wendy se tornó suave y apasiva mientras me miraba con bondad y lentamente rozó su mano con la mía. Me gustaba la idea de su mano tocándome, así que la acerque más. Sus mejillas se volvieron coloradas, y el frío de la tarde nos hacía un ambiente teatral, donde una joven tomaba las manos de un señor pasado de cuarenta, eso me gustaba.

―Lo siento mucho, sé lo que es perder a alguien, mi padre también falleció cuando yo era niña, ¿qué le pasó a Adelina?

―La asesinaron vilmente. Vivíamos en España dentro de la ciudad de Quero, Toledo. Estábamos muy felices, hasta que le sucedieron cosas terribles

―Qué horrible la debes haber pasado, lo siento mucho, ¡se ve que la querías!

―Descuida, ya poco a poco lo voy superando, escribir me ayuda a desahogarme.

―Escribir es la mejor forma de existir y sentirnos vivos, podemos ser libres cuando lo hacemos.

Wendy pasaba mucho tiempo conmigo, íbamos al cine, a restaurantes e inclusive habíamos pasado algunas noches en secreto. A ella le asustaba que la despidieran de su trabajo por estar saliendo con uno de sus estudiantes, aunque creo que el hecho de ser yo mayor que ella, le apenaba más. Estuvimos muy unidos hasta que las cosas se complicaron. Empezó a husmear en mi antigua vida, obsesionada buscando información acerca de la muerte de Adelina; sin embargo, lo único que encontraba eran reportes de una tal Anileda. Ese tema me tenía tan cansado que decidí irme a México.

Al llegar a Ciudad Juárez empecé clases de literatura hispanoamericana, pero, a estas alturas, los temas de los indígenas, la guerra florida y el sacrificio, me tienen hastiado, con más razón ya que a la profesora le obsesiona todo lo relacionado. Entré a la clase con la finalidad de estudiar literatura vanguardista, aun cuando no sabía muy bien de que se trataba; solo por complacer a Ydnew, quien decía: «escribir es la mejor forma de existir y sentirnos vivos». Por eso es que siempre escribo y leo todo el tiempo… ¡para recordarla!

A María Elena, mi profesora, no le gusta nada de lo que escribo, siempre se queja de que utilizo el nombre de Ydnew en todos mis cuentos.

―Tu último cuento me gustó, pero es la misma protagonista que escribiste en tu otra historia ―expresó confundida―, ¿quién es Ydnew?

―Alguien muy especial para mí ―le expresé triste.

― Disculpe la pregunta… ¿ella dónde está? ―preguntó muy interesada.

―La asesinaron.

Xavier Manasés Torrealba

Xavier Manasés Torrealba

Autor

De nacionalidad venezolana.  29 años.

Soy licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura. Soy Licenciado en Letras. Especialista en Literatura indígena Venezolana. Trabajo en el sector editorial con 10 años de experiencia. Me especializo en la escritura de guiones de radio, cine y teatro. Profesor Universitario.

Caro Poe

Caro Poe

Directora de Diseño

Diseñadora gráfica.

Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.

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