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Ilustración: Caro Poe

Krizia Tovar Hernández

Sofocada por juegos de un niño posesivo,

mayor que ambos, mas tú eres el maestro,

yo necesito juegos de hombres como tú,

arañazos en tu espalda y tu dulce mano

cuando el aliento pierdo y habitas en mí.

Tus ojos depredadores susurran siempre lo que no soy,

tus ojos que penetran silencio de mi sombra y encuentran lágrimas,

tus ojos buscan los míos para beber del oasis que crean con su canción,

¡Sigue mirándome así, no pares, mientras suplico a nuestro falso Dios!

Eres mi primer día soleado después de la catástrofe

eres el primer beso dorado palpitando en seis tatuajes,

eres el primer hombre valiente que embiste contra la mujer de fuego

sometida y reprimida, en contra mía la liberas de mis falanges,

eres mi primer aliento puro, polifonía que quiebra mi maldición.

Dieciséis minutos,

y por fin te encuentro,

dieciséis minutos,

y me haces tuya,

dieciséis minutos,

y tu tormenta derriba mis castillos,

dieciséis minutos,

y eres llave de mis jaulas,

dieciséis minutos,

y bebo tu vino.

Historias malditas anhelan gritar,

nadan bajo el lago congelado,

grietas reflejadas en mis pupilas,

asustado miras sus vorágines carmesíes…

Terrible pesadilla,

por mis cicatrices perderte,

sé que mis huellas en la acera persigues,

temo no sentir más el calor tus pasos detrás

que funden cadenas invisibles.

¿Por qué un torpe cuervo vuela junto a un águila?

Tú, sinónimo de mi libertad perdida,

yo vivía en jaulas con miedo

a brisas gélidas, a brisas cálidas, a cielo sin brisas,

mas tú las dominas a todas ellas…

Fue un lustro de locura,

de miradas solitarias a un techo frío,

tras el cuarto del siglo de mi vida

tus ojos eclipsan aquel vacío sinsentido,

tu sol construyó adoquines hacia mi luna.

Quizá nunca he sido un torpe cuervo,

como dictó la maldición a la que me condené,

confrontas, sacudes, edificas, compones,

contigo veo que soy más que mi sombra,

puedo ser un cielo tan azul como tú.

Quizá tampoco te importa saber quién fui,

antes de tener tu cuerpo de oro encima mío,

quizá será la pieza de mi rompecabezas que buscas,

antes de ti siempre fui la bruja en la hoguera,

quizá debería permitir a mi silencio hablar,

antes de ti siempre me creí maldecida por narcisistas.

Pianista de mi cuerpo

guardaría tus veintiséis en un medallón,

rey de mis suspiros,

soy otra mujer luego de tu beso

a mi tatuaje de cuervo en la cadera,

Pistorious de mi piel,

rompiste mi maldición.

Tus ojos depredadores susurran siempre lo que no soy,

no soy niña, no soy bruja loca, no soy rosa muerta,

tus ojos depredadores susurran siempre lo que no fui,

no fui fuego azul, no fui piano roto de fantasías que nadie quería,

tus ojos depredadores susurran siempre lo que no seré,

no seré muñeca, no seré jaula, no seré mujer maldita.

Krizia Tovar Hernández

Krizia Tovar Hernández

Autora

Caro Poe

Caro Poe

Directora de Diseño

Diseñadora gráfica.

Soy encargada del departamento de Diseño e Ilustración de este hermoso proyecto. Estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Como no soy escritora, encuentro de gran complejidad describirme en un simple párrafo, pero si me dieras una hoja, un bolígrafo y 5 minutos, podría garabatearlo.

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