Silvia Gabriela Vázquez
Siempre
Acabo de perder una palabra,
una brillante, breve y redondita,
terminada en un moño desatado.
Acabo de perder una palabra,
siete letras prolijas en cursiva
en la pizarra azul de lo impensado.
Pobre palabra loca que no quiso
treparse a mi garganta ni a tu boca…
y hoy (culpa del hechizo o del despecho),
agoniza en el techo del pasado.
Hasta la rima calla
Las palabras caminan
en fila y en silencio.
Se dirigen al centro
(involuntario centro)
de la escena.
Van a decir, llorar,
o gritar con la voz
de los que tienen algo
astillado y antiguo,
impidiendo que nazca
la pregunta.
Excepciones permanentes
Un ciclón anunciado en la radio,
un tornado escondido por miedo,
dos brisas temerosas y pequeñas
creyéndose las dueñas de las cosas
acariciando apenas los abismos.
Y yo allí, con mi alud de palabras,
justo en la esquina misma del cruel daño
casi ahogándome en mis eufemismos
me voy… sin decirte que te extraño.
Silvia Gabriela Vázquez
Autora
Berenice Tapia
Ilustradora
Demasiado perezosa para pensar en algo decente. Me gusta dormir y mi sueño más grande es poder vivir de hacer monitos. Las dos cosas más importantes que me ha enseñado la vida, son:
1) Estudiar arquitectura no vuelve rica a la gente.
2) El mundo no se detiene nunca, ni aunque estés llorando hecha bolita porque borraste accidentalmente un capítulo de tu tesis.