Giovanni Bracco
I
El mar me ha bajado de la cruz
con los brazos agotados,
aún anchos, indefenso
como el Cristo de Mantegna.
Pero no tenía idea de redención,
sirvió otra salvación a mis veinte años.
Ya se van a la playa las Marías
para extender el sudario,
para ocultar los signos
de tu derrota.
II
El mar se ha calmado y el movimiento
de las olas me sacuden.
Tengo que admitir que ni siquiera
he intentado pelear.
Demasiado divergentes
las fuerzas en el campo en la tormenta.
Nunca sabrás si fue la piedad
o la apatía del mar
lo que resolvió todos mis dolores
y algunos deseos
ahora agotados.
Entiérrame con mi ropa.
Dátiles brotarán de los bolsillos,
semillas de albahaca, mijo, acacia.
III
Todo está perdonado.
Dibujo a las aguas del olvido.
Dejo un cuerpo varado,
supervisado, junto con los de otra
docena de residuos humanos,
desterrados de todo,
sábanas blancas extendidas sobre
la fiebre de los ojos asustados
que ni siquiera han llegado al borde
de tus lindas fortalezas sitiadas.
Incluso si permanece sin nombre,
no pierde su significado el hombre.
Tenemos que hacer
las cuentas con las vidas que no han
podido expresarse,
la inocencia de los indeseados.
Giovanni Bracco
Autor
1961
Poeta italiano, vive en Roma, donde es periodista.
Ha publicado poemas en las revistas italianas Nuovi Argomenti y Poeti e Poesia. Con la editorial La Vita Felice (Milano) publicó los libros Le grandi mani calme (2015) con prólogo de Elio Pecora, Il nostro tempo (2017), Il mare mi ha deposto dalla croce – Mediterraneo (2019), Sull’orizzonte dei binari in fuga – Carme famigliare (2020). Tiene cuatro hijas. Estudió literatura e historia de la música en la universidad, toca el piano y el clavicémbalo.
Deivy
Ilustrador
Me llamo Deivy Castellano. Pintor aficionado, intento que mi trabajo hable por mí mismo. Trabajo para ser un polímata, en mi tiempo libre soy un misántropo auto exiliado en Marte.